Un problema que sigue avanzando
Hace algunas semanas, un informe de Libertad y Desarrollo advirtió que 2022 se convirtió en uno de los años con más delitos violentos registrados en el país. Esto, ya que se reportaron cifras altamente preocupantes en cuanto a homicidios, robo violento de vehículos motorizados, violaciones, entre otros.
De acuerdo a los datos entregados por el Centro de Estudios, en el territorio nacional hubo un promedio diario de dos homicidios, ocho violaciones, 35 "portonazos" o "encerronas" y 88 robos de vehículos, realidad que no es ajena a la región de Tarapacá, donde el número de asesinatos y de ilícitos cometidos con armas de fuego parece continuar incrementándose, esto pese a todas las medidas que la autoridad política viene anunciando.
Desde distintos organismos y especialmente desde el Ministerio Público han sido claros en manifestar que el crimen organizado y el poder de fuego de las bandas delictuales ha ido en aumento, por lo que se necesitan más recursos en materia de seguridad pública. No se trata de una alternativa, sino que de una clara urgencia donde las soluciones evidentemente no avanzan a la velocidad que se requiere.
No existen dudas de los esfuerzos que están realizando las policías y los persecutores penales, sin embargo, la situación continúa siendo crítica y cada semana se conocen nuevas víctimas de estos hechos, lo que eleva la sensación de inseguridad que hoy se extiende por los distintos sectores de la región. Esto incluso ha provocado que sean los mismos vecinos quienes levanten la voz, lo que da cuenta que las medidas todavía no arrojan los resultados esperados.
En ese sentido, los datos de Carabineros son elocuentes, ya que en 2022 Tarapacá presentó una tasa de 10,3 homicidios por cada 100 mil habitantes, es decir, más que dobló al promedio nacional. Desafortunadamente, este año la situación sigue siendo compleja y hasta ayer se contabilizan 12 asesinatos.
Todo lo anterior demanda que las acciones para combatir esta nueva criminalidad también se modernicen y se generen los recursos adecuados. La región lleva mucho tiempo esperando y el problema no terminará solo con leves y estacionales incrementos en la dotación policial.
"Esto incluso ha provocado que sean los mismos vecinos quienes levanten la voz".