Preocupante estado del Segundo Acceso
En abril de 2019 se habilitó el Segundo Acceso, vía que permite transitar desde Bajo Molle en Iquique y la Avenida Las Américas en Alto Hospicio. La obra, que se esperó por largos años, significó un importante avance en la conectividad vial de las principales comunas de Tarapacá.
Sin embargo, pese a su importancia y al paso de los años, todavía hay una serie de trabajos pendientes para que el camino alcance los estándares exigibles, sobre todo en materia de seguridad.
Por el lugar transitan miles de vehículos a diario, no obstante, el camino presenta serias deficiencias, las que -entre excusas y argumentos- terminan por generar un serio riesgo para los conductores. Y lo que es más preocupante, estas no se logran subsanar pese a la alerta que de forma constante realizan los usuarios, los medios de comunicación y hasta la Municipalidad de Alto Hospicio, organismo que explicó en este Diario que con fecha 3 de febrero solicitó la reposición de las luminarias y acciones para retirar la basura y a las personas en situación de calle que pernoctan en distintos puntos de su extensión.
Lamentablemente, poco y nada se ha hecho al respecto y la que en su momento fue calificada como una de las obras públicas más relevantes para el país y para la región, permanece ahí, con problemas que nadie resuelve.
La ruta, que demandó una inversión de $70 mil millones, hoy por hoy está en la más completa oscuridad y de forma periódica es escenario de accidentes y hechos delictuales. En consecuencia, es un punto que también genera inseguridad, lo que parece no ser tomado en cuenta por las autoridades, quienes en diversas oportunidades han anunciado medidas para combatir los hechos ilícitos que azotan a la región.
Es lamentable que mientras comienza a tomar fuerza la idea de construir un "tercer acceso", esta ruta continúe sin solucionar sus deficiencias. Es hora que las autoridades competentes generen acciones reales y de una vez solucionen el problema.
Mientras eso ocurre, la vida y la seguridad de los tarapaqueños continúa enfrentándose a riesgos que se podrían evitar.
"La ruta, que demandó una inversión de $70 mil millones, hoy por hoy está en la más completa oscuridad y de forma periódica es escenario de accidentes y hechos delictuales".