El negocio de las tomas
La proliferación de las tomas de terreno en el país, y particularmente en Tarapacá, da cuenta de una problemática social que tiene como origen la dificultades que tiene gran parte de las familias para poder optar a una vivienda, ya sea comprarla o acceder a un arriendo.
La proliferación de compra de más de una vivienda que se dio con el boom minero, que permitió a muchas personas comenzar en el negocio inmobiliario y que Iquique solo tenga un crecimiento vertical a través de edificios de departamentos, hace cada vez más inalcanzables los precios para la mayoría de las familias.
Pero es justamente a raíz de esta problemática que surge el negocio ilícito de la venta de terrenos que son tomados por personas que se dedican a lucrar con terrenos que nos son propios y que, además, no están urbanizados.
Esto lo dan cuenta más de 20 investigaciones respecto a la apropiación indebida de terrenos fiscales en la región, pero además de otros terrenos privados que un día aparecen loteados por desconocidos que cobran por un espacio que, si bien quienes los adquieren saben que se transformará en una toma ilegal, llegan con la esperanza de que con ellos tengan prioridad para optar en un futuro a una vivienda social.
Es a partir de estas tomas desde donde nacen gigantescos campamentos, que luego son muy complejos de erradicar para el Estado y donde pese a que se puedan entregar viviendas para muchos de sus habitantes se transforman en un círculo vicioso, porque las mismas viviendas son ocupadas por familiares o incluso son vendidas a otras personas que llegan a habitar estos sitios.
Los gobiernos de los últimos 30 años han tratado de luchar con esta problemática sin éxito y pese a que en la actualidad hay un plan que busca construir 9.300 viviendas solo en la región , está claro que estará lejos de ser una solución definitiva.
Se debe ser más ambiciosos en lo que respecta a las políticas habitacionales y es necesario que se puedan analizar en serio diferentes alternativas, como la autoconstrucción, las cooperativas y viviendas prefabricadas, por ejemplo, que podrían dar soluciones más rápidas que las actuales, sobre todo en zonas tan inhóspitas como el desierto.
Hay que actuar rápido, ya que cada día que pasa, nuevas familias están yendo a parar a tomas ilegales y fomentando este negocio ilícito.
"Es necesario que se puedan analizar en serio diferentes alternativas, como la autoconstrucción, las cooperativas y viviendas prefabricadas".