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Una rusa enseña sobre Arturo Prat en el Museo Corbeta Esmeralda

La europea está a cargo de los recorridos por dentro del museo que es una réplica a escala real de la nave.
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Cristian Espinosa Véliz

El Museo Corbeta Esmeralda es uno de los atractivos turístico más visitados por los viajeros que llegan a la ciudad. Entre sus trabajadores está Daria Zhidkova, una guía rusa que cumple su cuarto año en el museo y ya lleva 10 años viviendo en la capital regional.

La europea llegó al país debido a su interés por el idioma, puesto que en Rusia estudió español. Su primer trabajo en la región fue como administrativa en una oficina en Zofri, al que catalogó de aburrido comparado a su actual ocupación.

Sobre su llegada al museo, la guía explicó que llegó gracias a un aviso en el diario La Estrella y expresó su alegría por aún ejercer como guía en el museo.

"Vi una publicidad en el diario. Aquí mismo nos enseñaron e hicieron un curso sobre la historia de la guerra. Al final había que pasar una prueba, que era hacer un tour real con personas, ellos ni sabían que era una prueba. Me sentí emocionada de lograrlo, era mucha información y poco tiempo para aprenderlo. Había muchos términos que ya no se usan ahora, porque son técnicos sobre barcos y muy antiguos", sostuvo.

Respecto a qué opinan los visitantes del hecho que una extranjera les enseñe sobre Arturo Prat y el Combate Naval de Iquique, la trabajadora turística menciona que se asombran, pero sabe cómo responderles. "A la gente siempre le llama la atención, pero ahí yo les cuento que en la misma Esmeralda había extranjeros, lo que normalmente la gente no sabe. Así que aprenden más", relató.

Además, señaló que le gusta el oficio que posee, pues le permite enseñar, al mismo tiempo que ella aprende de los visitantes, de las culturas, expresiones y nuevas palabras. "Me gusta trabajar aquí, porque no solo enseño, si no que yo también aprendo de las personas en el tema cultural, se produce un intercambio. He aprendido palabras nuevas que no existen en los libros, también he aprendido mucho del lenguaje corporal, puedo ver de lejos con qué ánimo viene la persona al tour. Me gusta cuando la gente se queda sorprendida y emocionada por lo que les cuento, saber que esa emoción la doy yo. Ser guía es enseñar y me gusta hacerlo", expresó.