No es algo nuevo, ocurre hace muchos años, pero lamentablemente nadie ha logrado una solución concreta al problema de los vehículos mal estacionados en Iquique. Carabineros, municipio, transportes y hasta particulares han implementado diferentes medidas, sin embargo, nada ha generado resultados a mediano o largo plazo.

Los problemas asociados al inmenso parque automotor de la región, que bordea los 150 mil rodados, llegan a tal punto que muchas conductas viales incorrectas se normalizaron, lo que evidentemente se aleja de la legalidad y termina por afectar la calidad de muchos vecinos, tal como se ocurrió la mañana de este martes, cuando una joven madre denunció que el ingreso a su vivienda había sido bloqueado por un conductor poco criterioso que se estacionó en calle Gorostiaga.

A diferencia de otros problemas urbanos donde la responsabilidad recae directamente en las autoridades o la gestión de los servicios públicos, la causa de este problema está en el comportamiento de los particulares, ya sea por desconocimiento de la ley de tránsito -lo que es muy grave- o simple desinterés por cumplirla. A eso se suma la nula empatía por los vecinos, transeúntes, personas con movilidad reducida, entre otros.

Sin embargo, esto demanda todavía más trabajo de los encargados de administrar la ciudad, quienes deben redoblar esfuerzos para combatir estas infracciones y sobre todo para analizar qué más se puede hacer para revertir el problema.

Ya no es suficiente con fortalecer la fiscalización, sino que es hora de implementar algún tipo de restricción vehicular que promueva el uso del transporte público o, a lo menos, reduzca la circulación de vehículos particulares, especialmente en el sector centro.

Cualquiera que se la medida, es importante que las autoridades estén dispuestas a pagar un costo político y de una vez aborden el problema en profundidad y no terminen mirando para el lado, como ha ocurrido en casi todas las administraciones anteriores.

La situación ya no da para más y seguramente el colapso vial no está muy lejos de materializarse.

"Ya no es suficiente con fortalecer la fiscalización, sino que es hora de implementar algún tipo de restricción".

Vivimos tiempos preocupantes. Tiempos de polos opuestos, donde no se dejan espacios para matices. Están las y los buenos, así como las y los malos. Están quienes apoyan y quienes se oponen y a ratos se toman como conflictos personales dichas posiciones encontradas. También hay personas que se niegan a construir puentes y prefieren crear muros. No se suele escuchar, por creer que siempre tienen la razón.

Hoy también impera un ambiente agresivo, de crítica y descalificación. Se denuncia para que las instancias correspondientes investiguen, muchas veces sin respetar el debido proceso, pero cuando dichas acusaciones no tienen espacio en la realidad, hay omisión y no se ofrecen disculpas, dejando en ocasiones daños irreparables a la imagen de las personas y sus familias.

La crítica se ha ido validando y superponiendo a los esfuerzos por construir, lo que ha significado que no avanzamos en lo realmente importante, necesario y urgente. Pareciera que estamos más preocupados por desacreditar, que construir.

Esto ha llevado a que se pierda la capacidad de diálogo, y de escucharnos con la predisposición de aceptar que podemos estar equivocados en la forma y a ratos en el fondo, o bien, que también existen matices.

Vemos con preocupación que hoy sea una tentación, que rostros y liderazgos se contagien con el hablar más fuerte y denunciar, por sobre la construcción colectiva y el aporte a las problemáticas y necesidades reales más urgentes. Por esta razón, se pueden estar perdiendo o alejando potenciales buenos y valiosos talentos.

¿Este es el tipo de sociedad que queremos dejar a nuestras futuras generaciones? ¿Una intolerante, que no dialoga, que no escucha, que no reflexiona, que no comparte y que no construye con quien piensa distinto?

Vivimos tiempos complejos, donde vemos un país divido entre quienes tienen la razón y quienes están completa y absolutamente equivocados.

Ante esta realidad, como siempre, nos ponemos a disposición. Nuestra universidad se entiende como un centro social, que admite el debate en un marco de respeto y tolerancia. Promovemos el diálogo y la construcción conjunta, para trabajar por el desarrollo de nuestro territorio, la sociedad y las futuras generaciones.

"También hay personas que se niegan a construir puentes y prefieren crear muros".

Alberto Martínez,, rector Universidad Arturo Prat

Pese a que la idea de darle prisión preventiva a todos los imputados con ingreso irregular al país pretende dar seguridad, esto no cuadra con el colapso de las cárceles de Chile, que además son un lugar ideal para seguir delinquiendo.

Alivio

Pese a que siguen los días soleados, la temperatura en Iquique está dando al menos un respiro y el clima ya es más soportable, sobre todo en las noches, donde ya corre una brisa más fresca. Ya en un mes vamos a estar quejándonos del frío desgarrador.

Semáforos

Aunque mucho se insiste al respecto, todavía hay cientos de conductores que no respetan la luz roja del semáforo y desconocen que hay pasos peatonales donde también es obligatorio detenerse, aunque no aparezcan otros vehículos. La ley se debe respetar.