Entre los múltiples efectos derivados de los extensos confinamientos producto de la pandemia del coronavirus, la educación parece ser uno de los ámbitos más afectados y no solo por la interrupción del adecuado proceso de socialización de niñas y niños -lo que ha derivado también en serios problemas de convivencia escolar- sino por el preocupante retraso en algunos contenidos básicos como la escritura y la comprensión lectora, herramientas fundamentales para el desarrollo de la vida.

El año pasado, un estudio de la Universidad de los Andes analizó las habilidades lectoras de 2.500 alumnos de primero a cuarto básico que se vieron afectados por la suspensión de las clases presenciales, investigación que arrojó preocupantes resultados: uno de ellos dio cuenta que el 96% de los estudiantes de primero básico no conocía las letras del alfabeto, mientras que los menores entre 7 y 8 años no decodificaban correctamente las palabras.

En la oportunidad, la investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, Carolina Melo, expresó que la situación se observó en todos los niveles escolares en que se llevó a cabo el análisis, "ninguno de ellos alcanza la comprensión lectora que se requiere, como mínimo, para el curso que está asistiendo", comentó.

Esta situación demanda otro desafío para la educación, toda vez que es importante buscar fórmulas que permitan acortar la brecha que en esta materia provocó la pandemia y donde seguramente nuevamente los más afectados fueron los sectores más vulnerables de la población, quienes cuentan con menos herramientas para acceder de manera particular al conocimiento.

En un mundo ampliamente digital, conectado y con información al alcance de un clic, parece extraño que las nuevas generaciones carezcan de estas herramientas, sin embargo, también es cierto que muchos no pasan más allá de revisar redes sociales, donde los mensajes suelen ser cortos, imprecisos y llenos de símbolos que no aportan a una adecuada comunicación.

Es clave, entonces, que las comunidades educativas trabajen para fortalecer esta habilidad en los estudiantes, ya que la necesitan para comprender distintas materias y, qué duda cabe, también para desempeñarse en cualquier tarea durante toda su vida.

"Es importante buscar fórmulas que permitan acortar la brecha que en esta materia provocó la pandemia".

Después de ver franja que promueve a los candidatos a constituyentes de todos los sectores políticos, la conclusión es que no se comprende lo que es elaborar una constitución para una nación como Chile. No se trata de hacer promesas como los políticos habituales, sino de pensar el país en el largo plazo y desde una perspectiva de Estado.

Tarapacá tiene solo tres escaños en la futura convención constitucional y sería muy lamentable que no pensaran en la región cuando realicen su trabajo. Me temo que, espero equivocarme, sigan las directrices de sus partidos políticos, donde predominan los intereses centralistas. Por lo mismo, quisiera plantear solo un tema que me parece crucial para el futuro no solo de Tarapacá, sino de todas las regiones extremas del país: la descentralización.

En 1987 nació en Concepción la Corporación para la Regionalización de Chile (Corchile), pero que alcanzó relevancia nacional. Integrada por empresarios, autoridades universitarias, profesionales, entre otros actores, los que estaban muy lejos de representar una posición de izquierda, pero el discurso era muy crítico respecto de la concentración del poder económico y político, más que en la región metropolitana en unas pocas comunas del sector oriente de Santiago. En la década de 1990 tuve la oportunidad de participar en Corchile, cuando lideraba esta organización Claudio Lapostol, quien falleció en 2018 y la prensa penquista le calificó como "ícono de la lucha regional contra el centralismo". Además de Corchile, en esa región surgieron el Consejo Nacional para la Regionalización y Descentralización (Conadere) y la Corporación Privada del Desarrollo de la Región del Biobío (Corbiobio). Lamentablemente, este tipo de organizaciones surgidas desde la sociedad civil regional ha desaparecido, porque en las últimas décadas todo se ha politizado respondiendo exclusivamente a una agenda nacional definida por los partidos políticos.

No hemos tomado conciencia que Tarapacá es una región que vive del extractivismo, sea minero o pesquero, por tanto, tiene ciclos de auge y crisis. Después de la crisis del salitre, nuestra región recuperó la población que tuvo en 1907 recién en el censo de 1950. Hoy estamos en auge minero del cobre, por tanto, es el mejor momento para pensar en nuestro futuro analizando todos los escenarios posibles. Necesitamos por ello que se transfieran a las regiones competencias y atribuciones efectivas, pero, sobre todo, aumentar el capital humano avanzado o la inteligencia organizada en la región. Las universidades son clave para enfrentar este desafío.

"Necesitamos (...) aumentar el capital humano avanzado o la inteligencia organizada en la región".

Sergio González MIranda, Premio Nacional de Historia 2014

Ayer, una violenta pelea, nuevamente generó revuelo en el centro de Iquique, específicamente en el sector de la Plaza Condell, lugar donde pese a los reclamos de los vecinos, se nota total ausencia de civilidad.

Y la pileta...

Chiste repetido... no son pocos los iquiqueños que pretendían llevar a sus visitas de Semana Santa a conocer los juegos de luces de la Pileta Sudamericana, pero lamentablemente la atracción sigue sin funcionar. ¿Estará lista para el 18 o al menos para el próximo verano?

Camiones

Es una de las calles más transitadas de Iquique, sin embargo, hay locales comerciales y hasta supermercados que descargan mercadería durante el mediodía en Vivar, causando que solo quede habilitada una vía. Creen que los intermitentes solucionan el problema.