El Índice de Ventas de Supermercados del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE), indicó que en marzo del 2023, los supermercados de la región tuvieron una disminución de 14,1% en las ventas, comparadas con el mismo mes del año pasado.

El ISUP a precios constantes de la Región de Tarapacá bajó 14,1% en doce meses, acumulando una variación negativa de 14,9% respecto a igual período de año 2022 y con relación al mes anterior, el índice exhibió un alza de 7,1%.

La baja podría tener varias explicaciones, partiendo por una contracción del consumo en general, pero además por cuanto muchos podrían estar buscando alternativas locales más económicas en muchos productos.

Un ejemplo de ello son las ferias libres, donde los consumidores adquieren semanalmente las frutas y verduras, pero también abarrotes y otro tipo de productos que encuentran en el comercio informal que se instala como "coleros".

También el terminal Agropecuario y las ferias de ese sector son una alternativa cada vez más usada, aunque también muchos vecinos están dejando de consumir ciertos productos que actualmente pueden verse como un lujo, cuando antes no lo eran.

Sin duda, se trata de un indicador que da cuenta que el momento de la economía está afectando a los hogares tanto de los sectores más vulnerables como los medios, donde se da un peligroso escenario, que es el de la compra en el mercado informal.

En ese sentido, el llamado es a comprar en sitios establecidos, que pagan impuestos y donde hay garantía de lo que se está adquiriendo, sin embargo, cada vez es más complejo para las familias no tentarse ante precios muchos más económicos, pese a que esto le hace un flaco favor a la economía.

Sin duda todas las exigencias que se han puesto a los comerciantes establecidos generan que cada vez sus precios sean menos competitivos respecto a aquellos negocios informales.

Es precisamente en momentos como este donde se debe propender hacia medidas que fortalezcan la economía y no tentarse con acciones populistas que solo generan un beneficio para hoy y un daño más grande para el futuro.

"Sin duda, se trata de un indicador que da cuenta que el momento de la economía está afectando a los hogares".

El temor que persiste en la mentalidad chilena en general, y nortina, en particular, de que otra riqueza mineral -hoy es el litio- siga el mismo derrotero que el salitre, en el sentido que terminen generando crisis económicas y sociales muy graves (como las salitreras de los años 1914, 1919 y 1930) producto de la imprevisión.

Me permito recordar que hubo una imprevisión imperdonable: haber dejado que la tecnología Shanks-Humberstone, que permitió en gran salto adelante en la lixiviación del nitrato a partir de 1876, cayera en la obsolescencia debido a los escasos avances técnicos, tecnológicos y científicos durante décadas. Recién terminada la Primera Guerra Mundial y enfrentados al fin del mercado del nitrato refinado para fines bélicos, comenzó la preocupación. También se perdió definitivamente el mercado alemán para el salitre chileno y, como si fuera poco, Alemania se transformaría en el más rudo competidor en el mercado internacional de los fertilizantes a partir de ese momento. ¿No fue posible prever este escenario? La respuesta es Sí, y lo señaló en 1910 con toda claridad un ingeniero chileno, que entonces era el encargado del Estado nacional para la propaganda salitrera en Europa, no olvidemos su nombre Alejandro Bertrand Huillard. Nos advirtió en su libro: "La crisis salitrera. Estudio de sus causas y caracteres y de las condiciones favorables que caracterizan a la industria y comercio del salitre", publicado en Paris, Editor Louis Michaud, 1910.

La lección se grafica con las figuras de dos científicos alemanes, Fritz Haber y Carl Bosch, que lograron con éxito en 1913 el nitrato sintético a través del proceso Haber-Bosch, que es la reacción de nitrógeno e hidrógeno para producir amoníaco. Fritz Haber recibió el premio Nobel de química en 1918 y Carl Bosch en 1931. El estado nacional y los empresarios salitreros no apostaron a la ciencia, la tecnología y la educación, a pesar de que se habló mucho de una universidad del salitre, y solo se logró una cátedra de salitre en la universidad de Chile a cargo del ingeniero Belisario Díaz Ossa. Recién a partir de 1918, a través de la Revista Caliche del Instituto Científico y Tecnológico Minero, se discutieron estos temas. En abril de 1926 se celebró "La semana del salitre", donde participaron todas las autoridades del país, desde el presidente de la república hasta el cardenal. Y los mejores ingenieros, químicos y políticos. Fue demasiado tarde. La gran crisis fue inevitable.

"El estado nacional y los empresarios salitreros no apostaron a la ciencia".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Desde hoy el país y la región comienzan a meterse de lleno en la elección del Consejo Constitucional. Ojalá que los tiempos y las expectativas se cumplan de cara a lo que sucederá el domingo, donde el voto es obligatorio.

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