En un 1.000% ha aumentado la matrículas de niños con trastornos del espectro autista (TEA) en los Programas de Integración Escolar (PIE) a nivel nacional en los últimos ocho años, de acuerdo a estimaciones entregadas por la Universidad del Desarrollo.

Sin duda Tarapacá no está ajena a esta realidad, ya que, en diferentes instancias de conversación, los especialistas locales que atienden a escolares con esta condición han alertado sobre este incremento y la urgente necesidad de avanzar en la materia.

Las cifras representan una serie de desafíos en los aprendizajes e inclusión de las niñas y niños, especialmente en una región que tiene muchas carencias, en general, a nivel educativo.

Actualmente, los programas PIE pueden ser una gran herramienta, pero quizás pueden carecer de efectividad en una educación pública que recibe muchos niños por sala. Un niño de grado 3 requiere de un alto apoyo y eso no se logra de buena forma cuando hay 30 o 40 menores de edad, a lo que se suma que en el caso de los jardines infantiles no hay especialistas para atender las necesidades que se requieren. Asimismo, la falta de más profesionales dedicados exclusivamente a esta área y el alto costo que representan las terapias, hacen que el panorama sea todavía más dificultoso para cientos de familias.

Recintos públicos y privados tienen que realizar los mayores esfuerzos para ser garantes de la inclusión en distintos aspectos, dado que deben mostrar coherencia con los ideales de sus proyectos educativos. Es por ello, que es de suma importancia que se eviten discriminaciones a la hora de ingresos de alumnos, cuyos padres y apoderados presentan muchas dudas respecto a los pasos a seguir.

La sociedad también debe hacer lo suyo y evitar discriminaciones que muchas veces parten desde el hogar y se proyectan en los más jóvenes.

Como muchas otras condiciones, los niños con TEA deben hacer frente a una serie de barreras que poco aportan en materia de inclusión, pese a que se trata de un concepto cada vez más usado, pero que parece difícil de implementar a cabalidad, incluso en los establecimientos educacionales.

"La sociedad también debe hacer lo suyo y evitar discriminaciones que muchas veces parten desde el hogar ".

En esencia, esta frase se refiere al concepto de la responsabilidad contractual, que es un factor crítico para garantizar que los usuarios permanezcan seguros y que las relaciones se mantengan fuertes. En su nivel más básico, la responsabilidad contractual es simplemente la obligación de que cada parte debe cumplir con los términos de un pacto.

Honrar un acuerdo es un reflejo del carácter, honorabilidad e integridad de quien asume, libremente, un compromiso.

Nada de aquello ha ocurrido con Zofri S.A., tratándose de los contratos y acuerdos suscritos con los usuarios, entre otros los de diciembre de 2016 y septiembre de 2020, para resolver en forma definitiva la demanda que a ese ente administrador hicieron los cargadores del sistema por ellos autorizados, y que significo que los usuarios, cumpliendo lo acordado, le aportaran más de $ 2.100 millones, mientras que Zofri S.A. incumplió absolutamente todo lo comprometido, lo que derivo en el paro de cargadores de la semana pasada, con cierre de recinto de Zofri durante tres días, y que sus usuarios perdieran de vender USD 12.000 millones diarios, mientras Zofri S.A., causante del problema, igual recauda por cada uno de esos días en que los usuarios se vieron impedidos de trabajar y vender una suma superior a $80 millones solo por el Centro Comercial, lo que explica la indolencia con que trató el tema y su resultado.

Lo relatado no es la única informalidad de Zofri S.A., a este hay que agregar el incumplimiento de calendario y horario del centro comercial, establecido en los contratos de arriendo y regulado en el Reglamento Interno Operacional, o el desconocimiento del acuerdo adquirido por el presidente del Directorio de cambiar las Garantías en Efectivo que le exigen a todos los usuarios por Pólizas de Seguro de Garantía, para quienes libremente opten por una u otra, el que ahora pretende limitarlo solo a un número restringido de usuarios.

Cuando honramos un acuerdo, manifestamos respeto por el tiempo, el esfuerzo y los recursos de la otra parte y demostramos que somos dignos de ser respetados.

"Honrar un acuerdo es un reflejo del carácter, honorabilidad e integridad de quien asume un compromiso".

Darío Blanco,, gerente Asociación Usuarios Zofri A.G.1

Mañana el CDI se juega el todo o nada en la final de vuelta que se disputará en el Tierra de Campeones ante Wanderers. Es de esperar que todo sea una fiesta para los Dragones y sus fieles hinchas que coparán el estadio.

Nuevo cementerio

Con el adjudicación a una empresa de la prefactibilidad del nuevo cementerio de Iquique, el municipio dio un paso para que la ciudad tenga otro camposanto, instalaciones fundamentales para una ciudad que sigue creciendo. Es de esperar que el proyecto se concrete pronto.

Salón Tarapacá

Desde que reabrió el Salón Tarapacá, el recinto ha tenido una nutrida cartelera de eventos sociales y artísticos, lo que da cuenta de la necesidad de este tipo de espacios en la capital regional. Ojalá que a futuro se tengan más recintos de estas características.