Día Nacional Contra el Femicidio
En lo que va del año, 39 mujeres han muerto en el país víctima de un femicidio, cifra que demanda mantener la voz de alerta ante un delito que no ha logrado frenarse pese al impulso de diversas campañas. Así lo demuestran las estadísticas, que dan cuenta que solo en una década 460 mujeres han sido asesinadas en este contexto, cinco de ellas en Tarapacá.
En medio de este lamentable escenario, ayer se conmemoró el Día Nacional contra el Femicidio, fecha que se instauró en 2020 como homenaje a Javiera Neira Oportus, niña de solo seis años que fue asesinada por su padre el 19 de diciembre de 2005.
Según la legislación chilena, el femicidio es "el asesinato de una mujer ejecutado por quien es o ha sido su cónyuge o conviviente, o con quien tiene o ha tenido un hijo en común, en razón de tener o haber tenido con ella una relación de pareja de carácter sentimental o sexual sin convivencia". Además, se suman a esta definición aquellos cometidos por razones de género: odio, desprecio o misoginia.
Pero estos casos de violencia de género no solo impactan cuando terminan con la vida de una mujer, sino porque además suelen existir casos que, pese a no provocar la muerte de una persona, generan consecuencias físicas y psicológicas gravísimas en las víctimas. El Informe Anual del Circuito Intersectorial de Femicidios, elaborado con datos del 2022 y donde se incluyen los delitos consumados, frustrados y tentados, estableció que Los Lagos (42), Metropolitana (41), La Araucanía y Valparaíso (33), del Biobío (21) y Tarapacá (16) son las regiones del país donde más se registran estos hechos en cualquiera de sus grados de ejecución.
Pero más allá de las cifras, lo concreto es que el problema continúa enquistado en la sociedad y aún parece estar lejos de resolverse. Por eso, junto a las acciones que puedan desarrollar las instituciones ligadas a la seguridad, justicia y de asistencia a las víctimas, la comunidad continúa jugando un rol clave en la prevención, sobre todo a través de la denuncia.
También es fundamental educar a las nuevas generaciones en el respeto y en la correcta resolución de los conflictos, de otra forma parece difícil erradicar este verdadero cáncer que afecta y termina con la vida de decenas de mujeres en el país.
"La comunidad continúa jugando un rol clave en la prevención, sobre todo a través de la denuncia".