Vacaciones 2024
Muchas familias saldrán de vacaciones. ¡Qué bien! Dejarán su rutina diaria para estar más tiempo con sus familias y realizar actividades que durante el año no resultan fáciles de hacer. Quien pueda disponer de un tiempo con mayor libertad de acción, independiente del lugar donde vaya, ha de estar muy agradecido y sobre todo ha de aprovecharlo muy bien.
Lo propio del hombre no es solo hacer sino que también descansar y, sobre todo, contemplar, es decir admirarse de todo cuanto ha hecho durante el año y hacer un balance. Es un momento privilegiado para dar gracias a Dios y a las personas que nos acompañan y ayudan. Junto con ello es el tiempo de conversar más, especialmente con los hijos, que, si de algo se quejan, es que se sienten solos.
Los apuros en las vacaciones son un mal signo de cómo se está viviendo la propia vida, como también sentirse imprescindible y llevar consigo celular, notebook, internet, etc. El apuro constante y la imperiosa necesidad de "estar conectado" son un signo de ausencia de paz interior y de querer evitar y evadir lo que más necesitamos y lo que más nos cuesta: encontrarnos con el otro en cuanto otro, y preguntarnos mutuamente cómo estamos, qué es lo nos pasa y, escuchar, sí, escuchar. ¿Señor, le ha preguntado a su señora y a sus hijos cómo están? ¿Y usted señora, lo ha hecho con su marido y sus hijos?
Las vacaciones son un tiempo privilegiado también para pedir perdón por lo que se hizo mal, por lo que se dejó de hacer y proponerse metas para el año que comienza. Las vacaciones adquieren su sentido más profundo cuando calan en las relaciones humanas y en la propia vida. Dado que no estamos con la presión de todos los días, viene muy bien preguntarse por el rumbo que lleva nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Y si eso lo convertimos en oración, algo grande puede pasar en nuestras vidas.
Si alguien asocia vacaciones a solo "pasarlo bien", lo pasará muy mal dado que ciertas formas de "pasarlo bien" suelen dejarnos vacíos y las más de las veces "agotados". ¡Cuánta conversación inútil¡, ¡cuánto tiempo gastado en criticar, y muchas veces, porque no hay nada interesante en nuestras propias vidas! Las vacaciones nos debiesen permitir leer más. Les recomiendo algún tratado de filosofía o de historia. Muy interesantes resultan las biografías. A los católicos y a los hombres de buena voluntad les recomiendo que lean la Biblia y el magisterio de los Pontífices. Es fácil acceder a ellas porque están las redes. Las vacaciones también son un tiempo privilegiado para hacer más ejercicio físico y dormir.
Hay muchas personas, las más me atrevo a decir, que no saldrán de vacaciones. En efecto, son muchas las familias que dada su precaria situación económica no podrán cambiar de ambiente y tendrán que quedarse en sus casas, que en general suelen ser estrechas. Ellos tendrán que redoblar su creatividad para poder disponer espacios de afecto al interior de la familia y de esparcimiento. Pero también es un tiempo de mayor solidaridad respecto de aquellos que no pueden salir de vacaciones y ofrecerles todo cuanto esté a nuestro alcance para que lo hagan. Desde este punto de vista, aplaudo las iniciativas de la Iglesia, de los municipios en favor de los más necesitados. Aplaudo también a tantos estudiantes de educación media y universitaria que dedican parte importante de sus vacaciones a misionar, hacer trabajos comunitarios o bien a organizar vacaciones de los niños, ancianos, enfermos, que por sí solos no podrían hacerlo.
Gracias les doy en nombre de todos ellos. ¡Felices vacaciones!
Fernando Chomali,, arzobispo de Santiago de Chile