Alza de la población penal extranjera
Las cifras de Gendarmería dan cuenta que la población penal extranjera ha tenido un sostenido crecimiento en el país y en especial en la Región de Tarapacá
En la segunda mitad del año pasado, las cifras llegaron a niveles históricos y por primera vez los internos extranjeros superaron en número a los chilenos, lo que es reflejo no solo del alza en la migración, sino que también en la criminalidad de los extranjeros.
Si bien la región siempre ha sido la de mayor cantidad de imputados extranjeros por la conformación de su población y ser una zona limítrofe, la población penal ha ido cambiando debido a que lo que antes era mayoría, bolivianos y peruanos ha ido dando paso en los últimos años a colombianos y venezolanos, estos últimos principales protagonistas de la última escalada migratoria registrada en el país y que tuvo como epicentro Colchane y sus pasos no habilitados.
Por todo lo anterior, es importante que Gendarmería vaya teniendo las adecuaciones necesarias para esta nueva conformación de la población penal de sus recintos, con internos que se caracterizan por ser de mayor peligrosidad y donde los funcionarios están sometidos a mayores exigencias.
Actualmente, al igual que lo que sucede con Carabineros, las escuelas de Gendarmería no gozan de gran número de postulantes y en esto es necesario ir mejorando los incentivos para poder contar con mayores dotaciones. Junto a ello, aumentar el número de capacitaciones y fortalecer la infraestructura de los recintos penitenciarios del país, es clave para tener un buen control y evitar que, como sucedió en otros países, se comiencen a formar poderosas mafias al interior de las cárceles, incluso más difíciles de erradicar que la que se generan fuera de estas.
Al problema de las cárceles, se suma la ola de violencia y crimen que se vive en el país y por lo cual es importante luchar en todos los frentes.
Por un lado, fortaleciendo las policías y las instituciones encargadas de impartir justicia, pero también se deben mejorar las redes carcelarias y las acciones preventivas, sobre todo enfocadas en las nuevas generaciones, en aquellos grupos donde la delictualidad parece ser mucho más atractiva ante la falta de alternativas de desarrollo.
"Hay que fortalecer las policías y las instituciones encargadas de impartir justicia, pero también se deben mejorar las redes carcelarias".