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Esta es la frecuencia y la forma de bañar a un perro en verano

Las altas temperaturas motiva a las personas a lavar reiteradamente a sus canes, lo que podría causarle afectaciones.
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Ignacio Arriagada M.

Inmediatamente llegó el verano y con ello las extremas temperaturas a la zona Metropolitana y otras regiones. Por eso Isabel Ríos comenzó a bañar con mayor frecuencia a Tito, su perro de raza bóxer, para refrescarlo, mantenerlo limpio y reconfortarlo tras sacarlo a pasear.

"El calor ha sido insoportable, y así como nos afecta a nosotros (las personas) también creo que ellos (los canes) la pasan muy mal. Por eso, para refrescarlo y para que esté aseado lo baño una vez a la semana (...) No sé si esto será bueno o malo, pero veo que Tito está más fresco, limpio y cómodo", comenta a este medio.

La decisión de Isabel por aumentar la periodicidad de limpieza en su perro es algo que, según los especialistas, suele darse en la temporada estival. Sin embargo, esto podría traer ciertas complicaciones en la mascota.

"El exceso de baño puede eliminar los aceites naturales que la piel tiene, lo que podría causar irritación y sequedad (...) Algunas de las afecciones que hemos visto en perros que han sido bañados muy seguidos son piel irritada, salpullidos, granos en la piel, lo que hace que se rasquen con más intensidad y, por consiguiente, más daño", explica Marcela Castillo, médico veterinaria de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

Conocidas las consecuencia generadas por los baños frecuentes, entonces, ¿cada cuánto debería llevarse a cabo? La experta detalla que todo dependerá del "tipo de pelaje del can, el entorno en el cual vive y el nivel de actividad física al cual está sometido", pero "el tiempo mínimo es cada dos semana, no menos".

Baño paso a paso

El proceso de limpieza debe ser planificado, siendo fundamental preparar el área para realizarlo y tener a la mano todos los utensilios necesarios.

Para realizar un baño adecuado, Nicolás Escobar, director de la carrera de medicina veterinaria de la Universidad de Las Américas (UDLA), compartió con este medio tres recomendaciones.

1- Antes de mojar al perro, es recomendable cepillarlo para eliminar enredos y suciedad. Esto facilitará el proceso de lavado y evitará que se formen nudos en el pelaje durante el baño. También es importante asegurarse de que la temperatura del agua sea agradable para la mascota, evitando que esté demasiado caliente o fría. El agua tibia suele ser la más adecuada.

2- Para comenzar, se debe mojar al perro de manera suave y gradual, evitando que el agua entre en oídos y ojos. Luego por el cuerpo y avanzar hacia las patas y cola. El champú debe aplicarse de manera uniforme sobre el pelaje mojado, masajeando suavemente y prestando atención a áreas que puedan estar más sucias, como el cuello, patas y vientre. No se debe aplicar en ojos, boca u oídos.

3- Enjuagar completamente, retirando toda la espuma, ya que los residuos pueden causar irritación o picazón en la piel. Finalmente, secar suavemente y con una toalla.

Escobar enfatiza sobre la importancia de no usar champú, jabones o productos de limpieza para humanos, puesto que son demasiado fuertes y el pH de las personas es diferente al de los caninos.

Los gatos serían la especie más manipuladora del reino animal

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Los gatos, sugiere un estudio internacional, son conscientes que su tierna mirada y otros encantos producen un efecto en las personas, convirtiéndolos en la especie más manipuladora del reino animal.

El sorprendente hallazgo estuvo a cargo Kurt Kotrschal, investigador de la Estación de Investigación Konrad Lorenz y de la Universidad de Viena, quien por mucho tiempo grabó en video y analizó las interacciones entre 41 felinos y sus respectivos dueños. Asimismo, llevó a cabo ciertas pruebas tanto para los humanos como para los gatos.

Lo que vio Kotrschal fue que los mininos y los seres humanos se influyen mutuamente. Sin embargo, el grupo que fue primordialmente susceptible a estos encantos felinos son las mujeres jóvenes. Esto se determinó luego de percibir que los gatos solo tenían que utilizar señales sutiles, como un único movimiento vertical de la cola, para indicar el deseo de contacto amistoso.

Manuela Wedl, coautora del estudio, señaló que en respuesta a estas señales, los gatos se acercan más frecuentemente y establecen contacto con mayor facilidad con las dueñas en comparación con los dueños varones.

Por lo mismo, sostuvo Wedl, "las dueñas tienen relaciones más intensas con sus gatos que los dueños varones".