En mayo, en el marco de sus obligaciones, el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) llevó a cabo una segunda visita al campamento de migrantes en playa Lobitos de Iquique, qué es un refugio de personas migrantes bajo la custodia del Estado.

Durante este monitoreo, nuevamente se advirtieron observaciones relevantes, vinculados a las condiciones de habitabilidad del lugar donde residen 164 personas, de las cuales 79 son niños, niñas y adolescentes.

En las observaciones hemos advertido problemas de iluminación suministrada por paneles solares que no cuentan con la potencia necesaria para operar cada vez que se requiera, agotándose durante las noches. Esta situación se ve agravada por la ausencia de un puesto fijo de carabineros, y una respuesta esporádica sólo en casos de emergencia, lo que incrementa la sensación de vulnerabilidad entre los habitantes. Por otra parte, es preocupante la falta de programas para capacitar laboralmente a los adultos residentes, y ofrecer actividades que fomenten la participación, lo que genera inactividad.

Sin duda "Lobito" no es la respuesta adecuada. Por lo mismo, en reuniones con las autoridades responsables, el CPT y otras instituciones han manifestado que la mejor opción es el cierre, y que la coordinación interinstitucional y la planificación a largo plazo es determinante para el éxito de nuevas estrategias migratorias.

Frente al cierre inminente de este dispositivo, surgen diversas interrogantes ¿Cuál es el plan de respuesta para grupos de especial protección, especialmente NNA, mujeres gestantes y mujeres en general?, ¿Cuáles son las residencias que se generarán en Iquique y cómo estarán conectadas con educación y salud?

En este sentido, desde el CPT alentamos a las autoridades e instituciones locales a realizar un monitoreo permanente de la situación, de cómo se estará implementando el plan de cierre y si hay avances en el mismo, especialmente, en el trato y cuidados de Niños, Adolescentes y sus familias, en donde aspectos como la atención a las necesidades básicas y de seguridad, la atención médica y la implementación de programas de apoyo y habilitación son esenciales.

Estamos conscientes que la implementación de una respuesta al flujo migratorio es un desafío mayor para las autoridades a cargo, por lo mismo, instituciones como la nuestra siempre estarán dispuestas a colaborar en la búsqueda de los estándares y procedimientos adecuados para la gestión de espacios que albergarán a las personas migrantes.

"La implementación de una respuesta al flujo migratorio es un desafío mayor para las autoridades

Carlos Baeza V., Experto Comité para la Prevención de la Tortura (CPT Chile)

La falta de seguridad ciudadana es un problema que afecta a todos los aspectos de la sociedad, incluyendo el emprendimiento. Cuando los ciudadanos no se sienten seguros en sus propias comunidades, es difícil para los emprendedores establecer nuevas iniciativas empresariales y hacer crecer sus negocios.

La inseguridad puede disuadir a los emprendedores de invertir en determinadas áreas, ya que temen por la seguridad de sus empleados, clientes y activos. Además, la delincuencia puede afectar negativamente la reputación de un negocio en un sector de la ciudad, lo que a su vez puede disminuir la confianza de los consumidores en ir al lugar en donde se encuentra el negocio y llevar a una disminución en las ventas.

La falta de seguridad también puede dificultar la contratación de empleados calificados, dado que muchas personas pueden optar por no trabajar en zonas peligrosas o no aceptar turno o jornadas hasta muy tarde. Esto a su vez puede limitar el crecimiento y la expansión de las empresas, por el medio a que los colaboradores puedan ser víctimas de un atraco

Además, la inseguridad puede aumentar los costos operativos de las empresas, ya que pueden tener que invertir en medidas de seguridad adicionales para proteger a su personal y sus activos. Esto puede reducir los márgenes de beneficio y dificultar la competitividad de las empresas en el mercado.

En resumen, la falta de seguridad ciudadana tiene un impacto significativo en el emprendimiento, limitando el crecimiento y el desarrollo de las empresas y dificultando la creación de empleo y riqueza en la sociedad. Es fundamental que las autoridades tomen medidas efectivas para abordar este problema y crear un entorno seguro y favorable para el emprendimiento.

Dr. Felipe Oelckers Aljaro,

director de Ingeniería Comercial UNAB, Sede Viña del Mar.

Este 1 de agosto entró en vigencia la nueva Ley Karin, la que viene a establecer protocolos de prevención del acoso laboral y/o sexual, así como de la violencia laboral.

No hay que olvidar que esta Ley nace y lleva el nombre en conmemoración a Karin Salgado Molina, TENS que se quitó la vida en 2019 por ser víctima de acoso laboral.

¿Me pregunto cuántas mujeres u hombres hay en el mundo laboral que están enfrentando hoy situaciones similares de maltrato psicológico en su oficina? Que terrible es estudiar, ilusionarse con una vida laboral y cuando ingresamos a trabajar vivir situaciones de acoso laboral o, más aún, de violencia laboral.

Pasamos más tiempo en el trabajo que en el hogar, en muchos casos convivimos más con compañeros de trabajo que con la familia.

Con los niveles de desempleo en el país, con la baja publicación que se ve de ofertas laborales en los portales de empleo (estamos en niveles similares a la pasada pandemia), tener hoy un empleo es casi un premio por lo cual generar buenos climas laborales es esencial, tanto para atraer talentos como para retenerlos.

Tener equipos motivados no es simplemente un esfuerzo económico por parte de las empresas, sino también implica generar un buen ambiente laboral y una buena cultura, lo que se conoce en muchos casos como un buen sueldo emocional que ayuda, entre otras cosas, a la salud mental y bienestar de los colaboradores.

Esperemos que esta Ley impida que en el futuro ocurran situaciones como la vivida por Karin, cuya muerte originó esta normativa. Asimismo, anhelamos que sea aplicada de buena fe, tanto por empleados como empleadores, y que no sea utilizada como una herramienta para perjudicar a uno u otro.

Ojalá todos pudieran trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Al final de todo, el trabajo es un medio y no un fin.

Francisco González,

gerente de Vertical Hunte