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Comunidad Yabricollita vende sus productos textiles a todo el mundo

Utilizan técnicas ancestrales aymaras para elaborar las prendas.
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Germán Pozo-Sanhueza

A cuatro mil metros sobre el nivel del mar, la comunidad de Yabricollita, en el sector andino de la región, de profundas raíces aymaras y guardiana de una herencia cultural milenaria, ha buscado la forma de potenciar y preservar sus tradiciones, en particular la textil. Desde hace algunos años exporta sus productos, elaborados con técnicas ancestrales, a distintos lugares de la región, Chile y el mundo.

Katy García Colque, socia y secretaria de la Asociación Indígena Aymara Ganadera y Cultural Quebrada Yabricollita y Caya, que agrupa a 25 personas, de las cuales 14 son mujeres, explicó que esto nació cuando un grupo mujeres tejedoras de la zona decidieron asociarse para formar un negocio llamado "Arte Yabricollita" para vender sus elaboraciones textiles y en parte para poder tejer yungas como grupo y traspasar este conocimiento a las nuevas generaciones de sus familias.

"La industria textil es pilar de nuestra identidad, utilizando ganado que nosotras mismas criamos, en este caso la alpaca, productos elaborados con técnicas ancestrales que se han ido traspasando de generación en generación, considerando que las mujeres aymara aprendimos desde pequeñas el oficio del hilado, torcido y tejido de la lana. Nos alegra poder comercializar estas creaciones no solo a nivel local con nuestra tienda física en pasaje Chapiquiña 3002, Alto Hospicio, que se inauguró hace poco, también al resto del país y el mundo a través de www.arteyabricollita.cl", señaló la tejedora.

Detalló que cuentan con tejidos tradicionales, hecho a mano y a pedal. "Utilizamos en las prendas los colores base característicos de la alpaca, es decir, gris, blanco y algunas variantes junto a teñidos vegetales, en hierbas medicinales o arbustos y químicos, dando vida a un amplio catálogo de diseños y tonalidades. Vendemos bufandas, mantas y ponchos de distintas talles junto a prendas con especificaciones a pedido".

Comentó que entre las creaciones más emblemáticas de su comunidad "se encuentran la chuspa, también conocida como wistilla, una bolsa utilizada ancestralmente para guardar yerba y acompañar las largas jornadas en el altiplano; y la lijilla, un manto a medida usado en ceremonias y rituales ligados a la naturaleza y los dioses. Estas piezas no solo representan utilidades prácticas, sino también profundos lazos culturales con su entorno y espiritualidad".

Junto con ser una fuente laboral, "buscamos con estos productos que sus compradores se lleven parte de nuestra rica cultura. Que sepa que la artesana y la lana con la que se elaboró esta prenda son de la zona (...) Las mujeres que participan en esta asociación indígena, toda su vida han tejido. Nuestra inspiración es el buen vivir de nuestras familias, haciendo perdurar nuestra cosmovisión para el desarrollo de las futuras generaciones".

Una de esas mujeres artesanas de la comunidad que ha tejido desde su niñez es Wilma Colque, quien lleva en la sangre el conocimiento textil. "Siempre he tejido, desde mi niñez me enseñó mi mamá y también he traspasado esta sabiduría a mis hijas. Cada técnica, cada patrón y cada color lleva consigo historias de los antiguos imperios Tiawanaku e Inka, entrelazadas en un lenguaje visual único y lleno de significado".

Algo similar le ocurrió a la tejedora Sivia Mollo quien conoce el oficio desde los 7 años. "Mi abuela y mi madre me transmitieron este hermoso arte. Aunque me gusta tejer de todo, lo que más disfruto es el proceso de teñir la lana con hierbas, el aroma de estas me transporta a mi infancia y a los recuerdos que atesoro con mi familia".