Desarrollo de Alto Hospicio
Esta semana, Alto Hospicio celebró su vigésimo primer aniversario. Tras separarse de Iquique, lo que antes fue un asentamiento comenzó una vertiginosa transformación que hoy por hoy la instala como una de las comunas con mayor crecimiento demográfico de las últimas dos décadas.
En 1992, aún integrada a Iquique, su población apenas superaba los 5.500 habitantes. Diez años después, el registro alcanzó los 50.215 residentes, cifra que ascendió a 108.375 en 2017. De acuerdo con los datos del último censo, divulgados hace poco más de un mes, la población comunal se sitúa en 142.086 personas, lo que implica una serie de desafíos.
Es un hecho conocido que el crecimiento inicial de Alto Hospicio se produjo de manera no planificada, principalmente a través de ocupaciones de terrenos que posteriormente fueron regularizadas. No obstante, con el avance de la urbanización, el fenómeno de los asentamientos irregulares persistió, impulsado por flujos migratorios tanto de otras regiones como del extranjero.
A pesar de avances relevantes como la construcción de un hospital, la consolidación del barrio industrial, la instalación de un Centro de Formación Técnica, la reorganización urbana y la creación de nuevos barrios, entre otros proyectos significativos, la comuna aún figura entre las más vulnerables a nivel nacional, con diversas necesidades apremiantes. Estas demandas, evidentemente, trascienden la capacidad de gestión local, requiriendo un mayor respaldo y asignación de recursos por parte del Estado.
Las necesidades son diversas y abarcan desde seguridad pública hasta vivienda, incluyendo mejoras viales, incremento de áreas verdes e iniciativas para fortalecer el transporte. Sin embargo, un elemento crucial para impulsar el desarrollo es también la construcción de una identidad colectiva, de símbolos que cohesionen a los hospicianos.
Alto Hospicio es mucho más que un relato de crónica roja; es una comuna habitada por miles de personas que trabajan arduamente cada día para sostener a sus familias, que aspiran a un futuro más próspero para sus hijos y a un entorno comunitario más seguro y amigable.
En definitiva, los más de 140 mil vecinos de la comuna demandan atención y, fundamentalmente, la concreción de mejoras sustanciales que deben ser atendidas por la región y especialmente por el gobierno central.
"La población comunal se sitúa en 142.086 personas, lo que implica una serie de desafíos".