Ingreso irregular
El ingreso irregular de migrantes por pasos no habilitados ha escalado a una cuestión central en el debate político. Los candidatos, de manera transversal, han incluido este tema en sus propuestas durante varias campañas, prometiendo combatirla. Sin embargo los resultados no han sido del todo satisfactorios.
La migración es un fenómeno inherente a la historia de la humanidad. Países que han experimentado prosperidad en la relación con sus vecinos han enfrentado estos procesos. El verdadero desafío radica en la estrategia que Chile adopta para abordar la migración. Más allá de propuestas populistas, como la construcción de cercos o murallas, se requiere un enfoque integral que considere las múltiples dimensiones de este fenómeno y, principalmente, lo transforme en una oportunidad para el país.
Si bien es innegable que se ha asociado la migración con un aumento de delitos poco comunes anteriormente en Chile, también es cierto que la llegada de extranjeros ha inyectado dinamismo a una economía con signos de estancamiento.
Aunque el flujo de ingresos irregulares ha experimentado una disminución, persiste a través de diversos puntos fronterizos, lo que dificulta su detección y control.
En este contexto, el Gobierno ha implementado medidas para retornar a Bolivia o Perú a quienes ingresan de manera irregular. No obstante, es necesario que esta política comience a mostrar números concretos, como una señal clara para desincentivar el flujo migratorio que, lamentablemente, aún persiste.
Chile no puede ni debe negarse a la migración. Sin embargo, esta debe gestionarse de manera ordenada, respondiendo a las necesidades del país y evitando que se conviertan únicamente en una carga social sin un aporte al desarrollo nacional.
Para lograr esto, es fundamental perfeccionar las políticas migratorias, promoviendo una migración que contribuya positivamente al país. Cerrar las puertas no es la solución. Esta medida solo obstaculiza el ingreso de personas que genuinamente pueden aportar al desarrollo, mientras que aquellos con intenciones delictivas encontrarán inevitablemente formas de eludir las regulaciones para ingresar sin ser detectados.
"Chile no puede ni debe negarse a la migración. Sin embargo, esta debe gestionarse de manera ordenada, respondiendo a las necesidades del país".