J.T. North y el caucho congolés
John T. North, gracias a sus importantes negocios salitreros en Tarapacá, se le llamó pomposamente "El Rey del Salitre". Pero también hizo inversiones en el extranjero. Aun más colaboró con el Rey de los belgas Leopoldo II en el desarrollo de la explotación comercial de los inmensos dominios de su propiedad en Africa central bajo la fachada del denominado "Estado Libre del Congo", al ser contratado por el monarca europeo para la fundación de la Compañía Belga de Caucho (1892). Así lo señala el historiador inglés Harold Blakemore. El Congo leopoldiano no se hizo tristemente famoso por la cruel explotación de los nativos en la recolección de caucho y marfil, lo que provocó graves denuncias y la consiguiente reacción internacional.
Mr. North habiendo fallecido algunos años después de la creación de esa empresa, se evitó molestos comentarios.
Leopoldo II promovió un mayor conocimiento sobre la greografía de Africa central. En 1876 en Bruselas se efectuó una Conferencia Internacional de Geografía, acordándose la formación de la Asociación Internacional Africana para la represión de la trata de negros por los árabes y la promoción de Africa central. El monarca belga ocupó la presidencia del comité ejecutivo.
El Rey de los belgas contrató al célebre E.M. Stanley para la exploración de amplios territorios de la cuenca del río Congo. En 1884 Leopoldo logró en reconocimiento de los E.U.A. De dicha Asociación, le siguieron Francia y Alemania. Al año siguiente en Berlín la Conferencia Internacional le reconoció como soberano-propietario del denominado "Estado Libre del Congo", a cambio de la libre navegación por el río Congo y la libertad comercial a todas las naciones. En ese último aspecto se hizo por medio de concesiones a compañías europeas, a las cuales estaba asociada Leopoldo II, quien se reservó el monopolio del caucho y marfil.
Blakemore refiere que en la fundación de la compañía cauchera North "solo estaba actuando para Leopoldo y no tenía real interés en la empresa". Se puede agregar que en 1892, cuando se creó esa compañía, se legalizó el brutal trabajo forzado de los nativos. El "Rey del Salitre" ligó su nombre a una iniciativa expoliadora en el ignominioso "Estado Libre del Congo" (1885-1908), donde no se izó con orgullo el estandarte de la Civilización como hacía creer el rey de los flamencos y valones.
Mario Zolezzi Velásquez.