Editorial
Normar el cuidado del patrimonio
Tras ocho años de trabajo, Valparaíso anunció que contará con un Plan Director de Gestión Patrimonial (PDGP), que permitirá el mejor manejo, cuidado y protección del Sitio de la ciudad declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este documento, fue calificado en la capital de la Quinta Región como la carta de navegación de la gestión patrimonial para los próximos 20 años y será presentado a las autoridades y a la comunidad en el próximo mes de abril.
El corazón del documento es tener la capacidad de ser un instrumento vital para definir las responsabilidades y las acciones, contando con la debida participación del municipio, el Estado y la comunidad, representada por variadas organizaciones ciudadanas.
Esta buena noticia que se da en otra región del país entrega también un desafío al resto de la geografía nacional y especialmente a Tarapacá, donde independiente de los colores políticos de los gobiernos ha existido un fracaso en el ámbito del cuidado patrimonial.
Fracaso, pues aunque hay varias autoridades que les gusta adornar los anuncios e incluso con la mera palabra dar los compromisos por cumplidos, es cosa de salir a la calle, pasear por Baquedano y el barrio El Morro, para observar el mal estado en que están los principales puntos patrimoniales de la ciudad.
Una de las dificultades está en que no existe un plan que permita priorizar las acciones de conservación y restauración, sino que más bien un cúmulo de iniciativas, todas muy loables, que marchan por carriles separados.
Sería importante que pudiera establecerse un cronograma de trabajo, que implique a las distintas instituciones que trabajan con el patrimonio para que puedan acordar en conjunto las acciones necesarias para el cuidado de nuestra historia.
También un plan rector podría comprometer montos de inversión anual para conservación, que asegure la posibilidad de darle continuidad en el tiempo, pues sin dinero el resto es discurso.
Tarapacá debe diversificarse y el turismo aparece como una de las posibilidades. El turismo patrimonial también es un polo de desarrollo. Pregúntenle a Valparaíso.
"Una de las dificultades está en que no existe un plan que permita priorizar las acciones de conservación".