Nuestros ancestros
Aquí los ciudadanos carecen de noción de sus ancestros. Ensaye preguntarlo. Quedan como pasmados, es decir, sin respuesta y sumergidos en un mar de dudas. La pregunta se juzga indiscreta. Lo cierto es que hasta donde he investigado los chilenos ignoran sus orígenes.
No conviene aludir al mestizaje. Hasta el término "mestizo" se estima humillante. Lo suelen usar los docentes al explicar la estratificación social de la época hispánica y también los obreros de la construcción al referirse a vivienda mitad ladrillo y mitad madera.
Negar los ancestros se liga con el desprestigio de lo ibérico. Comienza esa campaña con la Independencia. La elite legitima el quiebre con la Corona y por ello repudia su raigambre peninsular. Enaltece lo aborigen y muy luego lo denosta como una rémora. Así nos castran de antepasados y con ello se genera la crisis de identidad.
Nada se sabe de las raíces. Están devaluadas. De allí que no nos reconozcamos como mestizos y nos carcoma el alma el complejo de inferioridad compensado por el de superioridad respecto a las pueblos vecinos.
Profesor Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos Cedech.