En Iquique cuando se habla de las cantineras en el ejército chileno, se viene a la memoria Filomena Valenzuela, quien residió y falleció en esta ciudad. Pero existe otra que al parecer es totalmente desconocida. Me refiero a doña Encarnación Donoso Ramírez. Recibió el tristemente famoso "pago de Chile". Encontrándose en una penosa situación debió ser socorrida por unas damas caritativas. Expiró en Iquique en octubre de 1917.
Las cantineras estuvieron presentes en regimientos y batallones que combatieron en las campañas de la Guerra del Pacífico (1870-1883), donde prestaron valioso servicios auxiliares. Allí estuvo doña Encarnación "que hizo la campaña del Perú y de Bolivia y en la ambulancia y enfermería", señala un diario local de 1915. Había nacido en 1832 en Santiago, siendo sus padres Pedro Donoso y Josefa Ramírez. Era viudad, su esposo fue Manuel Allende.
En el crítico año de 1915 (I Guerra Mundial), se hallaba en una "mayor indigencia", penosa situación que la obligó a presentarse en la Intendencia en demanda de un pasaje para regresar vía marítima, que era difícil por su avanzada edad y estado de salud. Finalmente, el Primer Alcalde le otorgó permiso a una suscripción pública. Dos distinguidas damas de la sociedad se encargaron de esa labor humanitaria. Los recursos obtenidos se depositaron en la Caja de Ahorros, que iban retirando a medida que se necesitaban en atender su problema de salud.
A la edad de 85 años murió en el Hospital de Beneficencia. El saldo del depósito sirvió para adquirir un nicho perpetuo en el camposanto número tres, bajo el número 697, pasillo Olivos. Su lápida se encuentra en bruto, sin identificación. Allí descansan los restos de "esa mujer guerrera", refiere un diario iquiqueño de octubre de 1917.
Chacota constitucional
Llega hasta tal punto la banalización del debate constitucional, que hoy los partidos gobernantes aprueban el ingreso de un proyecto de reforma por sus "efectos electorales".
Esto solo profundiza y agudiza la sensación de vacío en que está nuestro debate político, pues no interesa la discusión de fondo - en si ya mezquina y sobre ideologizada - sino que se opta por un pragmatismo exacerbado, en una desesperada búsqueda por obtener más votos.
En ese ambiente ¿cómo pretenden hacer una reforma constitucional a largo plazo que sea un fiel reflejo de nuestras tradiciones y que fomente un desarrollo institucional positivo?
La reducción de la actividad política al exitismo electoral, es una de las grandes crisis que vive nuestra democracia, donde partidos y dirigentes solo piensan en su eternización en el poder, mas no desarrollo de valores y principios de una política responsable.
Esteban Montaner.
Mario Zolezzi Velásquez.