36 familias de caleta Chanavayita aprenden método de enseñanza
Niños de la localidad costera son visitados todas las semanas como parte de un programa educativo.
Un programa que realizan por primera vez en la región de Tarapacá lidera la fundación Niños Primero, quienes en 2019 comenzaron a trabajar con 36 familias de la caleta Chanavayita al sur de Iquique.
En marzo del año pasado se inició el proceso de selección de las familias beneficiadas. Las sesiones, que se iniciaron en septiembre de 2019 y que se extenderán hasta julio de este año, consisten en media hora de trabajo por familia. El programa se llama "Padre e hijo en casa" y requiere que alguno de los padres acompañe el proceso, aunque, en caso de estar trabajando, puede ser otra persona adulta.
Lo importante es que sea siempre la misma, explicó su directora ejecutiva y fundadora de Niños Primero, Anne Traub, quien visitó la localidad el pasado miércoles.
"Semana a semana vamos a la caleta, a las casas de los niños que tienen entre 2 y 3 años, y lo que hacemos es llevarle juegos y libros. Una monitora se los lleva y ella trabaja con la mamá y el hijo, preparándolo para que llegue en mejores condiciones al colegio, pero lo más importante es fortaleciendo el vínculo y empoderando a la mamá, al papá o al adulto que trabaja con esta monitora como principal educador del niño", dijo.
En total son 35 semanas con dos visitas semanales. La idea, comentó Traub, es que también se genere un ambiente más amable en la casa.
"Los niños empiezan a estar más tranquilos y los papás empiezan a tener más técnicas y herramientas", contó la directora. A ello se suma, afirmó, que los menores llegan mejor preparados al colegio, tienen menos derivaciones a psicopedagogos y un mayor porcentaje de graduación, es decir, se reduce la deserción escolar.
Esta es la primera vez que están en la región, aunque trabajan desde hace cuatro años en otros lugares de Chile, bordeando una intervención de 600 familias a nivel país.
"Llegar a caletas, a lugares aislados, nunca es fácil porque en general hay una cultura que envuelve al lugar. Entrar a una casa, de partida, es un acto de confianza importante de las familias", indicó Traub.
En total son cuatro las monitoras que trabajan en este proyecto. Una de Alto Hospicio y tres de Iquique, quienes son de profesión trabajadora social, técnico en enfermería y técnico en educación parvularia.
Junto con valorar la primera infancia, donde asegura que se pueden dar los cambios sustanciales en la vida, la directora sostuvo que si un niño recibe afectos tendrá más empatías y autocontrol: "Los resultados académicos van a llegar en la medida que tengan una buena base social y afectiva de inicio".
Aunque reciben financiamiento privado de empresarios y familias, Traub cuenta que la fundación solo ha logrado aportes públicos del Gobierno Regional de Los Lagos, por lo que espera que en la región también se sumen actores del Estado.
30 minutos dura la intervención de las monitoras. Llevan material educativo y trabajan con otro adulto presente.