Es tiempo de vacaciones y es importante hacer una evaluación de los riesgos sanitarios asociados al viaje, ya sea por las características del lugar de destino o porque quienes viajan presentan alguna situación de salud preexistente que es necesario tener en consideración como parte de la planificación del viaje. Algunos elementos claves al momento de una evaluación de riesgos son el estado previo de salud del viajero, los riesgos sanitarios en el lugar de destino(s), la duración y la finalidad del viaje, el tipo de transporte, las condiciones del alojamiento y de higiene alimentaria, el comportamiento arriesgado durante el viaje.
En caso de enfermedad preexistente, se debe tener en cuenta la disponibilidad de servicios médicos adecuados en el lugar de destino. Cualquier viajero afectado por una enfermedad crónica debe llevar consigo la medicación necesaria para todo el tiempo que dure el viaje, especialmente los que requieren receta, y deberán llevarse guardados en el equipaje de mano dentro de sus envases originales con las etiquetas visibles; como precaución ante pérdida o robo es aconsejable llevar la medicación por duplicado en el equipaje facturado. Cumplir las vacunaciones recomendadas y las prescripciones sobre otras medicaciones y medidas sanitarias. El botiquín de viaje debe contener artículos básicos para brindar una primera atención (primeros auxilios).
¿Señal virtuosa o autogol?
La renuncia de James Hamilton y Claudio Narea al Partido por la Dignidad, fundado por ellos hace diez días, representa a lo menos una señal confusa en términos de comunicación política. La razón esgrimida por ambos líderes de opinión es categórica: el ingreso a la colectividad de una serie de "operadores" que cargan con todos los vicios de la política tradicional hacía inviable su permanencia. Hamilton y Narea anunciaron la creación de otro partido.
Pero nada asegura que la nueva formación esté inmune a la misma amenaza. Tendrían que seleccionar a personas sin ningún pasado político y aún así el peligro seguiría presente. Es que la política es antes que todo un juego de poder y en función de ello pronto aparecerían los vicios asociados a este tipo de actividad.
La política tradicional y sus formaciones clásicas, los partidos, enfrentan una crisis probablemente terminal. Pero mientras no se consoliden organizaciones capaces de reemplazarlos en forma efectiva seguirán jugando un papel fundamental, sobre todo en el Chile de los próximos dos años.
Por ello, demandar formaciones "impolutas" puede resultar ser más un autogol que una virtud de cara a los desafíos que deberá enfrentar nuestro país en el corto plazo.
Mitzi Letelier
Académica Facultad Enfermería
U. Andrés Bello
Jorge Gillies,
académico de la Facultad de Humanidades y Tecnología de Comunicación Social, UTEM