Comercio ambulante
La finalidad de las municipalidades es, según su propia definición, satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de la misma.
Tienen además sendas atribuciones y ello me parece bien, pues cuando las personas quieren solucionar sus problemas acuden primero a los gobiernos locales. Por otro lado, es el municipio el que tiene a cargo el que las ciudades crezcan y se desarrollen. Si no lo hacen dejan de cumplir con los fines para los que existen. La ley les debe entregar las herramientas y los recursos para lograrlo y lo hace, aunque siempre todo es mejorable.
Nuestro municipio y el alcalde parecen no entender la importancia de su función. Un ejemplo claro de ello es lo que está pasando día a día con el comercio ambulante, que ha copado las calles del centro y la avenida en Cavancha afectando no solo al pequeño comercio establecido que paga arriendo, impuestos y genera puestos de trabajo que hoy están en riesgo. También afecta la seguridad y el turismo entre otros. Incluso el 7 de febrero recién pasado, una foto de esta situación fue publicada en la primera plana del diario El Mercurio.
Es difícil que el comercio ambulante desaparezca porque es una manera que tienen las personas para generar algo de recursos y mantener a sus familias, pero es deber de la municipalidad el poner orden, acotarlo en número, establecerlo solo en determinados sectores y fiscalizar que ello se respete. El municipio de Iquique el año 1993 dictó una ordenanza de comercio ambulante, la 233, que sigue vigente y que ha tenido modificaciones.
Tienen el instrumento para regular el comercio ambulante y no lo utilizan. Si cumplieran con las propias normas que dicta su ordenanza, nada de lo que ocurre hoy estaría pasando, tendríamos un comercio formal tranquilo dedicado a ejercer su oficio y no a deambular de autoridad en autoridad para ver como sobreviven a todo su esfuerzo. Tendríamos calles despejadas donde se pudiera caminar sin problemas, tendríamos una playa Cavancha limpia y ordenada dedicada al turismo, donde todas las personas, particularmente los turistas, pudieran estar tranquilos, disfrutando de la ciudad y queriendo volver el próximo verano.
Solo pedimos al municipio y a su alcalde que cumpla con sus funciones. Solo le pedimos que haga la pega y nunca olvidar como dijo Seneca: "Una era construye ciudades. Una hora las destruye".
Durante años la administración Soria nos ha hecho soñar con el Iquique del futuro… sin ser capaces de ordenar el Iquique del presente.
"Nuestro municipio y el alcalde parecen no entender la importancia de su función".
Luz Ebensperger,, senadora"