EDITORIAL
Asalto a fiscales, mala señal
Aunque se trató de un delito menor, si se compara con otro tipo de hechos donde se ejerce mayor violencia e incluso se utilizan armas en contra de las víctimas, el asalto a una pareja de fiscales es una señal de que la delincuencia no tiene límites.
El hecho se suma al asalto a la casa del seremi de Vivienda y el robo de la cartera de una funcionaria PDI que llevaba el arma de servicio en el mismo bolso. Con esta seguidilla de hechos nos viene a la mente una frase cliché, pero que no deja de ser cierta: "Si le pasa esto a una autoridad, qué queda para el ciudadano común y corriente".
En este sentido, es necesario que se pueda trabajar en el refuerzo de la seguridad en nuestras ciudades, de modo que la delincuencia no se vaya de las manos.
Si bien es cierto que las policías en los últimos meses han debido estar ocupadas con la contingencia, no se puede dejar de lado la delincuencia común, de lo contrario en pocos meses se perderá el trabajo de años para mantener a raya hechos que en la región han sido difíciles de controlar.
La victimización en Tarapacá siempre ha estado dentro de las más altas del país y si bien las cifras se han reducido en los últimos años, claramente estos últimos meses podrían revelar un inquietante incremento.
A esto se suma el uso de armas de fuego, donde cada vez parece más fácil el acceso de los delincuentes a ellas.
Es importante que las policías se vayan reforzando en número y en tecnología, sobre todo porque ha sido debilitada su imagen y para un correcto trabajo se deberá potenciar nuevamente desde la autoridad política.
La mejor forma de dar señales de normalidad como las que quiere entregar el gobierno, es manteniendo a raya los indicadores que hacían de Chile un país seguro, de lo contrario, todo lo demás se afecta, comenzando por la economía.
El hecho de que en Iquique exista un gran movimiento comercial a través de Zona Franca genera una alta incidencia de delitos que si bien son menores, no dejan de generar un ambiente de inseguridad entre los vecinos y por lo mismo es indispensable que se puedan controlar el problema.
"A esto se suma el uso de armas de fuego, donde cada vez parece más fácil el acceso de los delincuentes a ellas".