Los talentos están aleatoriamente distribuidos en toda sociedad. No existen grupos humanos que tengan capacidades intelectuales superiores a otros y, por lo mismo, las personas talentosas deberían estar en todo el territorio nacional en proporciones similares.
Sin embargo, ello no se refleja en nuestro país. Los resultados de la PSU son un indicador muy notorio sobre este problema. De los diez colegios con mejores puntajes, solo uno es municipal el Augusto D´Halmar, pero es de una comuna privilegiada de Santiago: Ñuñoa, que, además, posee 5 colegios entre los mejores de Chile. Las otras comunas del sector oriente de Santiago que lideran los establecimientos de calidad son: Las Condes con 12, Lo Barnechea con 10, Vitacura con 8 y Providencia con 8. Los mejores entre los mejores fueron el Instituto Hebrero de Lo Barnechea, The Grange School de la Reina, y el Colegio Cordillera de Las Condes. La PSU al parecer no es un buen predictor sobre el desempeño universitario de los estudiantes, pero sí de la concentración económica, social y cultural del país.
El sociólogo inglés Basil Bernstein nos advirtió hace décadas sobre la relación entre desigualdad social y éxito escolar, porque el capital cultural que los niños poseen al ingresar al colegio hace una diferencia que, en algunos casos, es irremontable, especialmente cuando las sociedades son muy desiguales. Bernstein nos habla que dicho capital cultural se expresa en códigos socio-linguísticos. Algunos estudiantes dominan códigos elaborados y otros los códigos restringidos, los que se expresan en el habla y en la escritura. La escuela debería tener la misión que todos los estudiantes tuvieran acceso al código socio-linguístico elaborado.
En Chile, desde mediados del siglo XIX, con la creación de la Escuela Normal, se intentó que la educación pública llegara a todo el territorio. Un modelo que se inició en nuestro país (mérito del argentino Domingo Faustino Sarmiento) y fue replicado en Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, entre otros países. Fue notable como se rescataron talentos de todo el territorio, como la primera latinoamericana en ganar el premio Nobel de literatura, Gabriela Mistral, una provinciana, fue maestra y rindió sus exámenes para ser habilitada como tal en la Escuela Normal N°1 en 1910. Grandes estadistas, conscientes que la educación es el mejor vehículo de movilidad social y cultural, y el principal pilar del desarrollo de un país, realizaron esfuerzos de escolarización, como J.M. Balmaceda, Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda, Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende, entre otros. ¿Qué sucede en nuestro país hoy?
"De los diez colegios con mejores puntajes, solo uno es municipal"
Sergio González Miranda,, Premio Nacional, de Historia 2014"