opinión
¿Lobo, estás?
"A mí me aterra ir a trabajar, regresar y ser la responsable de traer el virus a casa. Mis protocolos son exigentes, los llevo al pie de la letra. Mi cara está herida, con llagas por el uso de la mascarilla. Mis manos desgastadas y resecas, por el uso de alcohol gel y jabón. Mi protocolo de llegada a casa dura unos 50 minutos..." Es el testimonio de mi amiga Victoria. Ella es una profesional que, junto a otros 470 trabajadores, construyen un proyecto de infraestructura crítica para la región. Dada la naturaleza de la obra, sus labores ni la de sus compañeros se han detenido. Ni se detendrán, con la cuarentena total que nos rige desde anoche.
"Yo sé lo que es tener a una persona en ventilación mecánica, por más de un mes. Sé lo invasivo y doloroso que es", agregó.
Hace cuatro años, cuando su hijo Iván tenía 10 meses, fue atacado por una bacteria que, en cosa de horas, le provocó una pleuroneumonía y falla multiorgánica, luego dos paros cardíacos y la operación de un pulmón. Ella ya experimentó, lo que puede ocurrir si no actúa con extrema y obsesiva responsabilidad ante el COVID-19. Pero a pesar de que las cifras nos recuerdan a diario del riesgo vital de contagiarnos, hay un sector en la población que actúa como si la crisis sanitaria mundial fuera un juego de niños "juguemos en el bosque, mientras el lobo no está, ¿lobo, estás?". Y el lobo grita que no anda lejos: que en un día puede contagiar a más de 2.600 personas y en menos de dos meses, matar a casi 400. Juguemos en el bosque, celebrando con los amigos, paseándonos sin mascarilla, aglomerándonos en los supermercados, como inocente travesura infantil, mientras el lobo no está.
Iván, el hijo de Victoria, cumple 5 años pronto. Su vida es el resultado de atención médica e insumos especializados, dispuestos en exclusiva, para él. Un milagro no replicable si, por el juego de algunos, nos contagiamos en masa, y el lobo, ya en medio de nosotros, nos susurre al oído que está aquí, en los pulmones de quien más amas...
"A pesar de que las cifras nos recuerdan a diario del riesgo vital de contagiarnos, hay un sector en la población que actúa como si la crisis sanitaria mundial fuera un juego de niños".
Gissel Godoy Riquelme, Arquitecta-MBA