Hora de estar a la altura
Comenzó un periodo de restricción en la región de Tarapacá, el de la cuarentena total por siete días tras el aumento exponencial de los casos de COVID-19 en las últimas semanas y que puso en aprietos al sistema de salud local. Es un periodo histórico para los más de 321 mil habitantes de Iquique y Alto Hospicio. Por lo mismo, es importante reflexionar sobre las malas decisiones que permitieron el avance del coronavirus y generaron el actual escenario.
Las autoridades, por su parte, quisieron reactivar gradualmente la actividad comercial y de los servicios públicos, en un momento en que las demandas de salud requerían un mayor esfuerzo que el retorno paulatino a la "normalidad". Los días posteriores fueron un balde de realidad que frenó algunas ideas relacionadas al trabajo o comercio presencial.
La mayoría de la ciudadanía, por su lado, ha tenido un comportamiento responsable. Sin embargo, hay un número importante que no ha respetado las normas dictadas por las autoridades, incluso las más básicas y vitales como llevar mascarilla en lugares públicos y de alto flujo, como centros de abasto, farmacias y consultorios.
La intransigencia de muchos afloró luego de que se anunciara la cuarentena para Iquique y Alto Hospicio, agolpándose mucha gente en puntos estratégicos para abastecerse, o en comisarías para obtener permisos temporales, siendo que durante el confinamiento es posible ir a comprar o realizar trámites básicos.
Ayer la región recibió un nuevo golpe tras registrar en un día 95 casos positivos, la cifra más alta desde el primer contagiado en marzo. El viernes solo nos superó la región Metropolitana y Valparaíso. Esta última sumó dos casos más, pero con una población que sextuplica a la de Tarapacá, con más de 1.800.000 habitantes.
Es momento de empatizar con el resto y no solo priorizar los intereses individuales, para no lamentar más muertes por la pandemia. Los adultos mayores y enfermos crónicos necesitan ese apoyo por ser los que corren el mayor riesgo en caso de contagiarse. Nadie quiere perder a un ser querido en una lucha que puede combatirse de mejor manera, pensando en el otro.
"Es momento de empatizar con el resto y no solo priorizar los intereses individuales, para no lamentar más muertes".