Vivienda y pandemia: asignatura pendiente
Si algo podemos obtener en limpio con el arribo del Covid-19 a Chile, es que nos ha permitido "levantar la alfombra" y sacar a la luz aquellas precariedades que muchos prefieren mantener ocultas con tal de sostener la idea de que somos una sociedad que está a punto de alcanzar el desarrollo, mientras tenemos problemas tercermundistas como el alto nivel de hacinamiento y la grave falta de acceso a viviendas dignas.
Hace 100 años, al llegar la pandemia de la "gripe española", Chile tuvo que abrir los ojos ante la tragedia de millones que habitaban en conventillos, ranchos o campamentos sin agua potable, sin aislación y sin ventilación, lo que impulsó al Estado a iniciar una política social de vivienda que permitió reducir el impacto de esta y otras enfermedades.
Un siglo después, voces como la del Colegio Médico de Chile, han subrayado en que la falta de viviendas dignas en los sectores más desposeídos es un factor de riesgo sanitario ante el Coronavirus, pues no permite a cientos de miles mantener un aislamiento como corresponde, ya que las residencias en que hacen sus cuarentenas se tornan tan peligrosas como salir a la calle.
Según datos del Censo 2017, el índice de hacinamiento en Tarapacá alcanza un 12,5%, superando la media nacional, del 7,3%. Asimismo, de acuerdo a la Encuesta Casen 2017, en los últimos cuatro años, los campamentos en nuestra región aumentaron de 7 a 42.
Ante las evidencias, y las lecciones no aprendidas del pasado, cuesta entender la propuesta del Minvu de "flexibilizar" la Ley General de Urbanismo y Construcción, para obtener atribuciones especiales que sobrepasan a los municipios y a todo el esfuerzo que implica la elaboración de un Plan Regulador Comunal con el fin de exigir al máximo a la norma constructiva. Esto, solo terminará por replicar la terrible experiencia de los llamados "ghettos verticales" de Estación Central y beneficiará, únicamente, a la rentabilidad del sector privado.
Para revertir la realidad de la vivienda en Iquique, desde la Municipalidad, primero, impulsamos la autoconstrucción cuyos resultados están a la vista en un importante sector del actual Alto Hospicio y luego, levantamos la idea de reflotar las cooperativas. Formas de organización que ven a la vivienda como un derecho social, pero que requieren la apertura del Gobierno a otros mecanismos de acceso que no sean solo los subsidios y la voluntad política de agilizar la entrega de terrenos, que son de todos los chilenos, para fines habitacionales y de servicios.
Este puede ser un buen momento para generar un diálogo amplio y abierto sobre esta gran problemática social, que hoy está teniendo implicancias en la salud de gran parte de nuestros compatriotas.
"Este puede ser un buen momento para generar un diálogo amplio y abierto".
Mauricio Soria Macchiavello,, alcalde de Iquique