El virus sigue presente
Las autoridades aseguraron que durante este mes se ha registrado un aumento de la movilidad en el centro y otros sectores. Incluso, en la capital regional se detectó un incremento en el número de multas por infringir la restricción vehicular. Según los datos entregados por la Dirección de Seguridad Pública del municipio de Iquique, solo en la primera semana de agosto hubo un 14% más de infracciones que las cursadas durante los últimos siete días de julio.
Por distintos motivos, entre los que se incluyen trámites como la solicitud presencial del 10% de los fondos de la AFP y los requerimientos de clave única en las oficinas del Registro Civil, el flujo de personas que se desplaza por la vía pública ha crecido, aumentando el riesgo de contagios por coronavirus.
Si bien la población adoptó en general el uso de mascarillas y alcohol gel como medidas preventivas, aún parece necesario fortalecer las campañas enfocadas en promover el distanciamiento social, uno de los factores más importantes a la hora de combatir el SARS-CoV-2, esto junto al llamado a salir solo en caso de ser absolutamente necesario.
Han pasado más de cinco meses desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en Chile y el país ha convivido con una crisis sin precedentes con más de 378.000 contagiados, 10.200 fallecidos, extensas cuarentenas y una grave situación económica que decantó en históricas cifras de desempleo. En el caso particular de Tarapacá la situación tampoco es alentadora, toda vez que el acumulado de pacientes confirmados supera los 9.600, los decesos llegan a 182 y nos acercamos a los 100 días de confinamiento.
Hoy una parte del territorio nacional busca recomenzar, lo que sin duda involucra riesgos. En ese sentido, será clave la coordinación que alcancen las instituciones públicas para que logren encaminar a la población hacia el desconfinamiento. Del mismo modo, cada uno de los ciudadanos deberá asumir la responsabilidad de protegerse y proteger a los suyos.
Será una tarea compleja que demanda el más alto compromiso, sobre todo porque para evitar rebrotes es indispensable que se respeten las recomendaciones. Hacer la vista gorda podría costar demasiado caro.
"Han pasado más de cinco meses desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en Chile y el país ha convivido con una crisis sin precedentes".