Septiembre en Chile es sinónimo de celebración, alegría y reencuentro con nuestros seres queridos, con quienes nos reunimos durante la festividad de Fiestas Patrias. Las ganas de compartir esos extensos asados y conversaciones, o de participar en juegos tradicionales, se vuelve nuestro cotidiano durante estas fechas. Sin embargo, la situación sanitaria actual modificará nuestras formas de celebración con el objetivo de evitar focos de contagio de COVID-19.

Las medidas implementadas durante estos meses deberán mantenerse durante el dieciocho, más aún con las personas mayores, segmento de la población vulnerable frente a esta patología y con una realidad diversa en el país, pues mientras muchos viven con sus familias, otros lo hacen solos o en pareja, aislados debido a la emergencia sanitaria en curso.

Las tecnologías tienen un punto a favor en este ámbito, así lo han revelado encuestas aplicadas en el marco de la pandemia, las que han detectado un aumento en el uso de estos aparatos por parte de personas mayores. Los celulares y tablet, sumado al acceso a internet, han mejorado sus posibilidades de conectividad y los espacios de socialización entre pares.

Si es el caso y se presenta la opción, podemos utilizar estos dispositivos en favor del bienestar anímico de nuestras personas mayores. Las videollamadas, por ejemplo, ayudan a mantener un contacto mucho más cercano con nuestros familiares, además son una buena oportunidad para que abuelos y abuelas vean a nietos o a hijos separados por la distancia social.

Grandes grupos familiares tendrán que realizar las celebraciones evitando, en lo posible, sumar más personas al inmueble, pero una llamada telefónica ayuda a mantener un contacto continuo y seguro en la vida de una persona mayor. Estos gestos son profundamente agradecidos por ellos, ya que es una manera de manifestar vínculos interrumpidos por la contingencia.

En muchos clanes, las personas mayores son el centro de congregación de todas las generaciones de una familia, por ellos debemos cuidarnos, porque así también los cuidamos. No será sencillo pasar estas festividades limitadas desde lo social, pero es necesario para compartir juntos los 18 de septiembre venideros. Hagámonos presentes en la vida de estos hombres y mujeres como vecinos y como familia, con actos de genuina gratitud y solidaridad, resguardando las distancias, pero siempre presentes.

"Una llamada telefónica ayuda a mantener un contacto seguro y continuo en la vida de una persona mayor".

Patricio Baeza Briones, Terapeuta Ocupacional Universidad San Sebastián

Valparaíso con un hermoso panorama costero marítimo, cantado por los poetas y alabado por los marinos, sirvió de escenario a la telenovela "Papá a la deriva", que retransmite un canal de TV capitalino. Es una historia sentimental de un capitán de la Armada nacional y una joven lanchera de la bahía de la "Reina del Pacífico" y que tiene un término feliz.

Hoy los actores principales (Gonzalo y María Gracia) forman su hogar. La ficción se hizo realidad.

Se dice que esta telenovela se inspiró en el film "La novicia rebelde" con los arreglos del caso. Allí figura un capitán que viste de azul, añorando sus años en la ex Armada austro húngara (1918). Como lo hacía su máximo jefe, el famoso almirante Horthy, regente de Hungría , un país Mediterráneo.

Era un viudo que al final se casó con una alegre novicia rebelde que encantaba a sus numerosos hijos, dejando a un lado a una mujer ostentosa y calculadora.

Me llamó la atención la inscripción de la tumba de la esposa del capitán: "Antonia Balmaceda de Montt". Dos apellidos que recuerdan los dolorosos acontecimientos de 1891. Pero el amor en este caso se impuso sobre los fantasmas del pasado.

Al "Papá a la deriva" al fin le llegó los influjos de las corrientes favorables e irresistibles del amor sincero y verdadero que le permitió navegar en aguas seguras a Violeta, un amor a primera vista, nacido frente a la hermosura del océano.

Una ficción hecha realidad.

Mario Zolezzi Velásquez

Resulta molesto que de tanto en tanto, deba manifestar, a través de su medio de comunicación, la preocupación por el estado de las carreteras.

En efecto, por mi trabajo, debo circular por la carretera panamericana, entre Pozo Almonte y al sur de la ex Salitrera Victoria.

En ese trayecto, la presencia de hoyos en la carretera es, no solo recurrente, sino peligroso; dichos "eventos" ya superan los 20 centímetros de profundidad y cualquier "caída" en uno de ellos, aparte del daño que pueden provocar en los vehículos, aumenta el riesgo de colisiones al evitarlos o, en el peor de los casos, causar un accidente con consecuencias fatales; como ya han ocurrido por esa razón.

Aumenta el malestar y la preocupación, el ver que, de tanto en tanto, se ven personas tapando dichos hoyos, pero en menos de una semana, los "arreglos" ya han desaparecido; ¿con qué los tapan?

Es de esperar que no tengamos que lamentar otras muertes antes que la autoridad competente verifique el estado de la carretera y, en el mejor de los casos, reparen de buena manera el camino.

¿O están esperando alguna elección para mostrar gestión?

Luis Gutiérrez Torres