Situación de calle, un trabajo a medias
Aunque los datos del Ministerio de Desarrollo Social indican que el número de personas en situación de calle no ha tenido un incremento en el último año y se mantiene en 621, la percepción de la mayoría de los tarapaqueños es distinta, debido a la alta cantidad de asentamientos irregulares que aparecieron en el borde costero y los cerros de la capital regional.
En las distintas playas, en sectores como la ruta A-16 e incluso en plena calle de Salvador Allende, a pasos de los cuarteles de la PDI y de la comisaría Cavancha de Carabineros se ven diversas carpas o improvisados campamentos, mal llamados transversalmente como "rucos", donde las personas de calle pernoctan y logran un poco de abrigo durante la noche.
Está claro que el trabajo de las autoridades en este tema está muy al debe, no solo porque se trate de un problema que afecta a los vecinos que deben convivir con esa situación y que muchas veces deben hacerse cargo de su alimentación o sobrevivencia, como también presenciar violencia, sino por ser un tema que no ha tenido solución en la última década, pese a iniciativas parche como el "Plan Invierno", donde 1.409 atenciones se presentan como una medida significativa, siendo todo lo contrario, algo extremadamente marginal.
Si se quiere dar una solución real a estas personas, las medidas no deben ser adoptadas como una problemática, sino se debe hacer una intervención mayor que permita llegar a las reales causas de por qué estas personas llegaron a la calle, que en muchas ocasiones están asociadas a problemas familiares, traumas y problemas de salud mental y donde solo una pequeña minoría lo ha decidido como una opción de vida.
Claramente este gobierno y los anteriores han estado al debe en alcanzar una solución real y profunda al problema, que sin duda es difícil de abordar, pero que no se puede seguir intentando invisibilizar con números que poco representan a la realidad, al menos a la que a diario se observa en las calles de la ciudad.
Esta pandemia ha afectado a todo el mundo, pero mucho más a quienes viven en situación de vulnerabilidad. Es necesario que como sociedad seamos capaces de pensar en aquellos que sufren y buscar cambios que no solo vayan en beneficio personal, sino que de todos los habitantes del territorio nacional. Ahí existe una deuda pendiente.
"Está claro que el trabajo de las autoridades en este tema está muy al debe".