¿Dónde quedó el diálogo?
En poco más de un mes el país vivirá uno de los procesos eleccionarios más relevantes de las últimas décadas. Tras un año 2019 muy agitado y en medio del denominado "estallido social", la mayoría de los partidos políticos acordaron iniciar un proceso constituyente que en concreto se partirá el 25 de octubre con un plebiscito donde los chilenos deben decidir si desean mantener la actual Constitución o la creación de una nueva. Además, de ganar la segunda opción, optar por el mecanismo para su creación.
No cabe duda que se trata de un tema de máxima importancia, toda vez que la decisión que se adopte marcará la ruta de los próximos años.
Como en todo proceso eleccionario, es relevante que los electores conozcan el significado de cada una de las opciones en juego y desde ese análisis puedan emitir su sufragio de manera informada y responsable. No obstante, las actuales circunstancias sanitarias generadas por la pandemia del coronavirus han impedido desarrollar una conversación profunda del tema y es poco y nada el debate que los distintos sectores han logrado materializar.
Hoy por hoy, tanto los adherentes del Apruebo y como del Rechazo han enfocado sus esfuerzos en las redes sociales, sin embargo, estas plataformas parecen no estar albergando el diálogo necesario ante tan significativo evento electoral. Por el contrario, los mensajes que se difunden a través de estos espacios de comunicación están absolutamente polarizados y parecen más bien apelar a un componente más emocional que racional, lo que podría resultar bastante riesgoso.
Es suficiente un breve recorrido por las redes sociales para percibir un inquietante grado de odiosidad, donde la construcción de un país que albergue a todos pareciera ser casi imposible. Además, estas plataformas digitales suelen contener mucha información errada y noticias falsas que hacen aún más compleja la toma de decisiones.
Es necesario que los electores se informen y reflexionen sobre el país que necesitamos construir y legar a las nuevas generaciones. Queda poco tiempo, pero es indispensable que los electores se den el tiempo de profundizar sobre su elección.
"Es suficiente un breve recorrido por las redes sociales para percibir un inquietante grado de odiosidad".