Nuevamente los casos de coronavirus crecieron en las últimas jornadas en Tarapacá y si bien en el inicio de la semana hubo una caída en los contagios informados diariamente, lo que hacía pensar en la salida de cuarentena, las cifras se elevaron una vez más por encima de la tasa ideal.

Aunque esta semana los alcaldes locales pusieron la voz de alerta frente a la larga cuarentena, lo cierto es que será difícil que el Ministerio de Salud ceda mientras no exista una disminución de los casos activos.

Independiente de que los contagios importados que incluyen a varios grupos de migrantes que ingresaron por pasos no habilitados podrían ser un factor, es clave considerar que estos ya están en la región y, pese al argumento de algunos, no deberían hacerse excepciones de esta naturaleza para salir del confinamiento.

Es de esperar que al fin de esta semana epidemiológica los casos vuelvan a caer y podamos salir finalmente del confinamiento total, pero es necesario que las decisiones pasen por criterios científicos y no por presiones políticas.

Fueron los mismos alcaldes que en al inicio de la emergencia querían frenar a toda costa el ingreso del virus a sus comunas con medidas extremas, donde muchas acciones se tomaron en forma acelerada debido a estas presiones.

Hoy la curva de contagios está mucho más plana, pero es indispensable controlar bien parámetros como los de trazabilidad, independiente de quien sea el contagiado. De lo contrario, significará que se incrementen las posibilidades de rebrotes.

Según el informe del equipo ICOVID Chile, iniciativa liderada por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción, justamente es el seguimiento de los casos lo que hace vulnerable a Tarapacá, pese a que el resto de sus parámetros hayan reducido.

Por lo mismo, el llamado es a no confiarse, pues aunque la pandemia haya perdido fuerza en la región, la crisis sigue presente, enfermando personas y cobrando vidas.

Asimismo, sería conveniente que las autoridades realicen una profunda evaluación de la cuarentena y otras medidas, las que al parecer no han sido del todo efectivas.

"Es de esperar que al fin de esta semana epidemiológica los casos vuelvan a caer y podamos salir finalmente del confinamiento".

Jugar a las calas era otro imperdible de esa niñez en blanco y negro. Decir calas, sin embargo, era de un regionalismo que daba gusto. Para los del sur, cala es una flor. Para nosotros, era lo que sellaba las bebidas, refrescos, le decíamos, además de la malta y la cerveza.

El que inventó las tapas de esos envases, jamás imaginó en que le daríamos ese nombre y menos que servirían para entretenernos tardes enteras. No era tarea fácil y precisaba, para jugar, tener a la mano, papel celofán, tijeras, contraportadas de la revista Estadio, y por lo menos once calas con sus corchos fuera. Y un botón.

Recoger calas implicaba salir a a calle y mirar atentamente el suelo. Los más osados ingresaban a las fuentes de soda y recolectaban las de cervezas. Eso sí, había que lavarlas, para sacarle el olor a cebada. Lo demás se hacía en casa.

Era un juego que se hacía al interior de las casas. Y la dueña de casa, entendía esa lógica y dejaba que invadiéramos el comedor o el living. En la casa de don Patricio Yon, bajo la mirada atenta de doña Ercira, se nos iba la tarde.

El juego precisaba de una cancha rayada como se marcaba el estadio de Cavancha o del Tele. Había que recortar los rostros de los jugadores y ponerlo encima de la superficie de la cala. Luego se le cubría con papel celofán y lo que sobraba se metía y se sellaba con el corcho. Esta tarea se repetía hasta llegar a los once jugadores. El arquero, antes del corcho, se le ponía una moneda de bronce. Con eso creíamos que era imbatible. Y lo era siempre y cuando fuera el Mono Sola, Manolo Astorga o el Loco Montecinos.

Con los dedos hacíamos mover las piezas. Los jugadores se disponían tal cual lo hizo Fernando Riera en el Mundial del 62. ¿Y el botón? Era lo más parecido a una pelota. Cosas de niños.

"Los más osados ingresaban a las fuentes de soda y recolectaban las de cervezas. Eso sí, había que lavarlas, para sacarle el olor a cebada. Lo demás se hacía en casa".

Bernardo Guerrero Jiménez, Académico Unap

Sin duda el ejemplo de la NBA ha sido el más exitoso en cuanto a dar un espectáculo sin que ello signifique contagiarse. Si bien estamos a años luz en organización, algo debería copiar el fútbol chileno.

Restricción vehicular

Pese a que se busca desincentivar la movilidad, para que sea efectiva es importante la fiscalización. Sin duda hay muchas tareas que enfrentan las policías y el contingente militar, pero también es importante que se haga un esfuerzo, para que la restricción no sea letra muerta.

Viviendas

El tiempo en cuarentena bien podría utilizarse para agilizar proyectos habitacionales. Por el contrario las críticas van a conjuntos habitacionales que no se entregan pese a que su plazo está más que vencido. Es tiempo de solucionar el déficit de viviendas y con ello dar empleo.