Este domingo se vivirá un nuevo proceso electoral en el país. Esta vez la ciudadanía concurrirá a las urnas en el primer plebiscito desde la vuelta a la democracia, donde se decidirá respecto a si se mantendrá la actual Carta Fundamental o se optará por crear una nueva, donde además se podrá elegir cómo se conformará en caso de que gane la opción "apruebo".

El plebiscito por una nueva Constitución fue una de las principales demandas de la ciudadanía tras el llamado "estallido social" e independiente del resultado, lo que debe ganar este domingo es la participación ciudadana.

Las últimas elecciones presidenciales de Chile tuvieron una participación de un 46% en primera vuelta y 49% en la segunda vuelta, muy por sobre el 36% de la municipal de 2016, pero también muy por debajo de lo esperado para de una ciudadanía que busca empoderarse.

Por lo anterior, es importante que las personas puedan dar a conocer su voluntad en las urnas y que esta voluntad sea respetada independiente de lo que se decida. Son las reglas del juego y donde lo que debe imperar es la democracia, que pese a que grupos extremos le quieran restar validez, ha demostrado ser el mejor sistema de gobierno históricamente.

Es importante que el proceso se logre desarrollar con absoluta normalidad y que no exista ningún tipo manifestaciones, sobre todo aquellas donde la violencia impera.

Es importante que los electores puedan participar y votar a conciencia, tranquilos y sin sesgos de ningún tipo, que es lo que persiguen las prohibiciones de manifestarse o realizar propaganda en las horas previas a un comicio, tal como establece la ley.

Insultos y denostaciones que abundan en redes sociales, son el rezago de una época donde el odio llevó a millones de chilenos a enfrentarse. Por tanto, es clave que este domingo todo eso quede por fin en el pasado y que sea la voluntad ciudadana la que decida cómo desea avanzar hacia el futuro.

Si bien la ciudadanía tiene derecho a manifestarse y expresar malestar, son los procesos eleccionarios, las urnas, donde finalmente la ciudadanía tiene la oportunidad de proyectar el país.

"Las últimas elecciones presidenciales de Chile tuvieron una participación de un 46% en primera vuelta y 49% en la segunda vuelta".

"El contrato social" es el título del libro más famoso de Jean-Jacques Rousseau, publicado en 1762, allí afirma que la libertad y la igualdad son connaturales al ser humano. Rousseau tenía confianza en la naturaleza humana, pero no en la sociedad que había surgido a partir de ella; por ello, escribió un libro sobre la educación (hoy diríamos cívica), conocido como El Emilio, que sirvió de base para un nuevo sistema educativo en la Francia del siglo XVIII.

Las nacientes repúblicas hispanoamericanas enfrentaron el desafío de redactar un contrato social o constitución política, para distanciarse de la monarquía española. En Chile esos aires de cambio llegaron en 1828 y 1833.

En Iquique, en septiembre 13 de 1867, el periódico local (que se llamaba El Mercurio de Tarapacá), en su editorial analizaba la última Constitución Política del Estado del Perú promulgada días antes, el 31 de agosto: "Conservadoras las unas, esencialmente exageradas liberales las otras, las constituciones de la República se han puesto en desuso por los intereses particulares de los diferentes partidos, que han visto en ellas un obstáculo para el fin que se han propuesto. De aquí que los pueblos y los Gobiernos violándolas a su vez han creído que solo podían seguir la senda de la civilización con las constituciones promulgadas por determinado partido, sin comprender que los principios fundamentales de una nación no deben variarse sino después de una larga y concienzuda meditación. No por esto, profesamos el principio de que las constituciones deben ser perpetuas ni estacionarias". Pareciera que la Historia se repite, enfrentada la ciudadanía chilena -este fin de semana- al momento histórico de poder construir democráticamente una nueva constitución política, debe tener conciencia de que: 1. Es un texto que debe perdurar por décadas y, por ello, exige de los constituyentes una mirada de largo plazo. 2. Las Constituciones no pueden ser desbalanceadas, pues deben reflejar los intereses de todos los grupos de la sociedad, especialmente de aquellos que tradicionalmente han quedado excluidos, como los pueblos originarios, las mujeres y los habitantes de regiones; 3. Es preferible que los partidos políticos eviten imponer sus idearios contingentes en la elaboración de los textos constitucionales, porque estos deben responder al bien común y al desarrollo del país 4. No olvidar a Rousseau, es importante educar cívicamente a las nuevas generaciones.

"No olvidar a Rousseau, es importante educar cívicamente a las nuevas generaciones".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Este fin de semana será especial, qué duda cabe. Lo principal es que todo se desarrolle en la más completa normalidad y como en muchas otras ocasiones, lo que resalte sea la participación ciudadana en las urnas.

Propaganda en redes

El Servel hace una serie de restricciones para los medios de comunicación respecto a difundir opiniones políticas que puedan definirse como propaganda previo a una elección. Ojalá esa restricción se diera en las redes sociales, las que son tierra de nadie.

Caravanas

Pese a que se espera que la gran mayoría se vuelque a las urnas, la participación de las personas en las manifestaciones públicas de los comandos es escasísima. ¿Será que a diferencia de otras elecciones no hay un posible candidato electo al cual después pedirle pega?