Habrá que convenir que el menor rendimiento de la economía nacional es anterior a la pandemia de coronavirus y el estallido social, es decir, debe reconocerse que el crecimiento económico venía en baja hace ya varios años.

Y esto puede ser producto de cierta fatiga en los procesos que Chile ha desarrollado en las últimas décadas. Es cierto que hemos logrado éxitos razonados con la industria minera, la industria del vino, la salmonicultura y la silvicultura, en especial y en específico con la producción de celulosa. Sin embargo Chile no ha consolidado nuevas industrias durante los últimos años en actividades estructurales primarias que son las que generan riqueza.

Se ha avanzado en la calidad y cantidad de población educada, lo que es una ventaja estructural enorme, pero el país no ha podido consolidarse en la disposición de las nuevas industrias tecnológicas.

Debemos recordar que si hace algunos años las principales empresas del planeta eran automotrices, petroleras y acerías, por nombrar algunas, hoy la mayoría está vinculada al mundo de las comunicaciones, la computación y la tecnología. Tan así es el asunto que es probable que las empresas más caras del planeta tengan menos de 20 años de vida y en su gran mayoría estén alojadas en el Silicon Valley y China. Ni siquiera Europa ha podido entrar en estos nuevos negocios que marcarán el rumbo del planeta durante las próximas décadas.

No se trata de tirar todo por la borda, pero sí de buscar una explicación a un fenómeno que tiene repercusiones en lo social: el desgaste de la economía nacional parece que tiene efectos concretos sobre el ánimo de las personas y las perspectivas de su futuro: estos resultados impactan en la cantidad de empleos que se generan, en el crecimiento de los salarios, en la integración, las pensiones, en casi todo.

La solución no es nada fácil porque no se trata de crear o abolir algún decreto, sino de cuánta riqueza somos capaces de generar teniendo por contexto el mundo que está emergiendo.

Chile tiene desafíos enormes por delante y también tiene gigantescas oportunidades que deberán leerse correctamente para salvar un momento en el que estamos definiendo nuestros próximos 20, 30 o 40 años.

"Es probable que las empresas más caras del planeta tengan menos de 20 años de vida".

De acuerdo con el estudio "Estado Mundial de la Pesca y Acuicultura en el Mundo 2018", de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), nuestro país ocupa el lugar N° 12 en el ranking de los principales productores de pesca de captura marina, con un total de 1.499.531 toneladas desembarcadas en el 2016.

Nuestro país ha tenido y aún tiene una importante actividad pesquera, la cual se ha visto convulsionada últimamente. Se ha tratado de establecer una legislación pesquera estable, pero aun así es el sector con mayores modificaciones en su normativa a través de la historia, existiendo hoy varios proyectos de ley paralelos que pretenden modificar el panorama pesquero.

El sector ha sido tratado como uno solo, siendo que realmente existen al menos 5 zonas distintas de pesca (norte grande, centro norte, centro, centro sur y sur austral), contando con una conformación diversa de actores entre artesanales e industriales, diferentes plataformas continentales, diversas especies, así como en su forma de pesca y volúmenes.

Según fuentes oficiales, del total del desembarque nacional, el sector artesanal significó el 45,6%, mientras que el otro 54,4% fue aportado por el sector industrial. Los recursos pelágicos (pesca en alta mar) más relevantes fueron la anchoveta, jurel y sardina común, aportando el 44,9%, 26,9% y 19,4%, respectivamente. El centro sur hoy supera ampliamente en volúmenes y variedades al resto, y en el norte es casi exclusivamente la anchoveta la que sustenta el sector, siendo un pez que si bien no se usa para el consumo humano directo, aporta una gran calidad en cuanto a proteínas alimenticias para el procesamiento de otros alimentos, además de una muy buena calidad de aceites para productos nutricéuticos.

El sector que otrora fue sustento de la riqueza de Tarapacá, hoy es inestable por varias razones, casi todas de índole legislativa e incluso judiciales. Hemos visto que la Cámara de Diputados aprobó, en general, la nulidad de la actual ley, por lo que el Gobierno recurrirá al Tribunal Constitucional, ya que sólo se puede derogar, modificar y revisar el contenido de las leyes vigentes. Las consecuencias de todo esto aún están por verse, mientras los que pierden son el sector pesquero, las inversiones, sus trabajadores y empresas proveedoras, e incluso los mismos artesanales.

"El sector que otrora fue sustento de la riqueza de Tarapacá, hoy es inestable".

Marcos Gómez,, gerente general, Asociación de Industriales de Iquique y el Tamarugal

Pese a que los médicos se han cansado de reiterarlo, muchos parecen no comprender que el virus sigue presente y que las aglomeraciones son una de las formas de contagio. Evite exponerse usted y cuidar a su familia.

Sector centro

Es probable que en los próximos días y a causa del segundo retiro del 10%, se generen largas filas en las oficinas de las AFPs. Es necesario que la autoridad tome las medidas para que se respete el distancimiento social, los aforos y el uso de alcohol gel y mascarillas.

Respeto

Criticar en las redes sociales es cosa de todos los días. No hay problema si se hace con respeto, sin insultar por el género, etnia, nacionalidad, entre otras diferencias que nos enriquecen como comunidad, y no debieran ser usadas para atacar al otro.