OPINIÓN
Una oportunidad para reflexionar
En periodo de fiestas, históricamente funcionamos bajo un ambiente de reflexión respecto del año que culmina, lo que nos permite explorar internamente las ideas y emociones que surgen acerca de nuestro desarrollo, rendimiento y formas de enfrentar vicisitudes, como también de dar cuenta y agradecer aquellos logros que nos permitieron avanzar y crecer.
El contexto actual resulta nuevo e invasivo en el proceso de análisis, porque muchas generaciones en el mundo están experimentando por primera vez una pandemia y sus consecuencias, lo que no nos ha permitido actuar conforme a modelos anteriores que sean replicables y sirvan de guía como afrontamiento. Es fundamental recordar que aunque este año está concluyendo, el contexto continúa siendo incierto y en 2021 debemos mantener activos los protocolos de autocuidado en salud mental.
Los hitos ocurridos en 2020 han ocasionado que gran parte de nuestra emocionalidad esté condicionada por el contexto, el cual nos direccionó a una revolución interna que nos hizo ver la fragilidad de la vida, y por consecuencia, a replantearnos el modo en que queremos seguir viviendo, por lo cual, crear una reflexión final puede resultar un recurso para reconfigurar la manera en que lidiamos con un contexto como el de hoy y fortalecernos.
Para desarrollar un balance personal de fin de año, es importante que las personas puedan primero, integrar los aspectos positivos y negativos de 2020, aceptando la dicotomía como algo propio del ser humano, así el análisis final será enriquecedor. Son muchas las preguntas y reflexiones que surgen en esta etapa, y se hace necesario poder dedicarle tiempo de manera consciente. No existe una sola manera de llevarlo a cabo, pero si existen pasos que facilitan la reflexión y el entendimiento de los aspectos evaluados.
Para comenzar a ordenar las ideas, podemos ayudarnos de un cuaderno y la formulación de preguntas tales como: ¿Qué aprendí de este año?, ¿Qué deseo mantener?, ¿Qué aspectos quiero modificar?, ¿Qué cosas están bajo mi control y qué cosas no?, ¿Qué me enseñó la pandemia?. De esta manera, lograremos exteriorizar y clasificar lo que sentimos y hacerlo parte de una conversación con personas significativas, lo que construye un paso para iniciar la transformación; además, permite realizar un seguimiento de tus avances conforme avance el año siguiente.
Finalmente, incluir un apartado para anotar aquello por lo que agradecemos respecto de nuestro entorno familiar, laboral y personal, permitirá reconocer y reorientar la concentración en aquellos aspectos que forman parte de nosotros, que muchas veces damos por hecho y que al mismo tiempo nos hacen sentir más satisfechos y felices.
"Existen pasos que facilitan la reflexión y el entendimiento..."
Piera Lusso Gatica, Psicóloga