Una visión de este 2020

A pocos días de finalizar el año, resulta natural hacer un resumen recapitulando los mejores y peores momentos, tomando nota de lo pendiente o lo que no fue como se esperaba y, por cierto, qué mejorar en este nuevo año. Sin embargo, todos podemos coincidir en que este año ha sido particularmente difícil. Creo que ni los más osados "adivinos" pensaron el 31 de diciembre del 2019 que este año sería como fue.

Iniciamos este 2020 con un malestar social explícito, que se manifestó en cada rincón del país. Esperábamos un año con muchos cambios e ideas de reestructuración en el ámbito político, económico, cultural y social que nos llevarían a un sistema más igualitario y democrático. Lamentablemente, se interpuso el COVID-19 y, aunque hubo avances importantes que quedarán en nuestra historia, no fueron como lo imaginábamos, rezagando puntos importantes para el 2021, con el riesgo del olvido, porque la memoria colectiva es frágil.

La pandemia también trajo otros problemas, cambiando el paradigma social. Nuestro personal de la salud resultó particularmente presionado, llevándose la mayor parte del peso desde el inicio de este flagelo. También están los estudiantes tratando de tener una educación medianamente aceptable con un formato remoto. De ahí surge la sobrecarga sobre nuestros docentes que se vieron inmersos en un sistema para el cual no estaban preparados y, además, rara vez les brindaba algún apoyo. Todo esto sin considerar el aumento del desempleo y claramente las vidas perdidas que conlleva una pandemia global, sometiendo a todo el mundo a altos niveles de estrés y dolor.

A pesar de lo anterior, si algo nos dice la historia es que los momentos difíciles siempre son los de mayor aprendizaje, tanto a nivel personal como societal. Este año evidenció una serie de dificultades que antes no notamos en la educación, en la salud, en la igualdad de derechos, y que ahora son parte de nuestra realidad. Esos son los cambios de mentalidad a partir de los cuales se debería -en algún momento- reestructurar nuestro país. En ese sentido, la pandemia llegó en un momento crítico, que no solo debemos mantenerlo en nuestra memoria, sino que también pensar prospectivamente: luchar contra la ignorancia y el miedo, valorar la importancia de la ciencia como un medio para el bienestar social, y apoyarnos como comunidad para el desarrollo del país. Tal vez, si tomamos en cuenta estos puntos, al terminar el 2021, y mirar en retrospectiva tendremos una mejor Visión de este aciago 2020.

"Si algo nos dice la historia es que los momentos difíciles siempre son los de mayor aprendizaje".

Pablo E. González Villarroel,, Astrofísico Universidad de Tarapacá. Explora Tarapacá

La "Declaración Universal de los Derechos Humanos" que adoptó y proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10-12-1948, dice entre sus artículos: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y seguridad de su persona", "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes" y "Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado". Por defender a presos políticos, torturados y pedir información de las personas desaparecidas, abogados del Comité Pro Paz y Vicaría de la Solidaridad fueron perseguidos. Don José Zalaquett, fue detenido el 15-11-1975, luego preso 18 días en Cuatro Álamos y dos meses en Tres Álamos; en abril 1976 lo expulsan del país. Don Hernán Montealegre, es detenido el 12-5-1976 y lo incomunican dos veces, durante 17 y 5 días en Cuatro Álamos, después permaneció preso 6 meses en Tres Álamos. Le incautaron documentos por caso Panguipulli y procesos contra 37 acusados que deberían ser juzgados en Consejo de Guerra del 27-5-1976. Don Jaime Castillo Velasco y Eugenio Velasco Letelier, son detenidos el 6-8-1976 e introducidos a la fuerza a vehículos y luego expulsados del país. En septiembre 1987, don Roberto Garretón, es detenido y encargado reo, por informar sobre los derechos humanos en Chile. En reemplazo del Comité Pro Paz, el Cardenal Raúl Silva, creó la "Vicaría de la Solidaridad" el 01-01-1976 (hace 45 años).

Dérico Cofré Catril

Don Pablo Milad, presidente de la ANFP, está muy bien, cuando describe las principales características que debe tener el reemplazante de Reinaldo Rueda como DT de la selección chilena, entre ellas menciona, mucha ambición de querer ganar, con experiencia internacional y que haya estado en un mundial, pero muy mal, cuando menciona entre los candidatos que le agradan, a Hernán Crespo, ex jugador de selección argentina.

Sin duda, Hernán Crespo, fue un goleador, entrenador de equipos en Italia (Modena) y en Argentina (Banfield y Defensa y Justicia), pero no de alguna selección, por lo que no tiene presencia en mundiales como DT, además el haber sido un muy buen jugador, no asegura en absoluto, que luego sea un muy buen entrenador de selección, de eso existen bastantes ejemplos, y por último nuestra roja, por el poco tiempo que tiene para trabajar, no puede darse el lujo de ser parte de la práctica internacional de un novel entrenador.

¿En qué quedamos don Pablo?

Luis Enrique Soler Milla

Antes de un acuerdo ideológico, la unidad de la derecha depende de una affectio societatis que hoy no existe. Son muchos los que se quieren destacar desmarcándose del compañero de coalición, es decir, solo en virtud de un "no ser", dejando de lado los méritos propios. Otros, manifiestan sentirse más cómodos con políticos fuera de la coalición que con muchos de los que están dentro, la pregunta de cajón en estos casos es: ¿por qué no forman coalición con ellos?

¿Cuánto podrá resistir una alianza tan débil cuando vengan mal dadas?

Juan L. Lagos