El Décimo Tercer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar, realizado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), revela varios indicadores que bien vale la pena que sean abordados no solo por las autoridades del área y afines, sino que también por las distintas comunidades educativas y las familias de la región.

La investigación se realizó en el año 2019 y consideró una muestra de 858 alumnos de octavo básico a cuarto medio de colegios municipales, particulares subvencionados y particulares pagados.

En ese contexto, se pudo establecer que el 21,7% de los escolares tarapaqueños declara haber consumido marihuana en el último año, lo que aunque es igualmente preocupante, representa una estabilización de ese tipo de consumo, toda vez que en la medición de 2017 fue de 22,1%. Además, otro dato que inquieta, es que 34,1% de los encuestados declaró "haber recibido un ofrecimiento directo de marihuana".

Todavía más complejos son los resultados respecto al consumo de cocaína, el que pasó de 2,8% a 5,4% entre 2017 y 2019. Lo mismo ocurrió con el uso de tranquilizantes sin prescripción médica, que se elevó de 7,8 a 9,1 en igual periodo.

Mientras que la ingesta de alcohol creció de 22,4% a 26,5% y la prevalencia diaria de cigarrillos bajó de 2,7% a 1,5%.

Es evidente que se necesitan más esfuerzos y recursos para combatir esta otra pandemia, la que hace muchos años merodea por los establecimientos educaciones, termina por destruir vidas y genera hechos delictuales.

No cabe duda que se necesita más trabajo colaborativo y campañas que permitan fortalecer el mensaje preventivo entre los jóvenes, la mayoría de ellos menores de edad, quienes parecen no visualizar cabalmente los riesgos que conlleva el consumo de estas sustancias.

Pero esta labor no solo es responsabilidad de organismos como Senda o de las instituciones policiales, sino que es clave abordarlo de forma integral, asumiendo que se trata de una materia relevante y no solo de un complemento.

"Se necesita más trabajo colaborativo y campañas que permitan fortalecer el mensaje preventivo".

Como segregadora y una manera de corroborar la desigualdad estructural, reflejada en el sistema educativo, era calificada la antigua Prueba de Selección Universitaria (PSU), dando paso este año a la Prueba de Transición (PDT). Este instrumento de evaluación, que servirá de base para los procesos que vendrán, pretende entregar mayor flexibilidad en las pruebas, actualizar el temario de las bases curriculares y medir competencias no solo conocimientos, contribuyendo así a dejar atrás la exclusión en la educación.

No obstante, quienes hoy estamos a la cabeza de las Instituciones de Educación Superior, tenemos la certeza que esta desigualdad no se va a solucionar solamente con una nueva prueba. En ese contexto, hoy urge que revisemos mucho más profundamente lo que queremos de nuestro sistema educacional, enfocándonos en disminuir las brechas de la desigualdad, puesto que cualquier mecanismo de selección para acceder a la educación superior no será el adecuado al cien por ciento, si no resolvemos la inequidad presente en la educación pre-escolar, básica y media.

En este panorama, las universidades estatales durante muchos años hemos recibido a cientos de jóvenes de sectores vulnerables, debiendo formarlos, nivelar sus conocimientos y responder a las demandas del país, para que efectivamente logren la movilidad social de la que nos sentimos muy orgullosos.

Este año en nuestra región tenemos a 5.292 inscritos, quienes durante esta semana y junto a sus familias están llenos de dudas y certezas, cifrando miles de esperanzas en los resultados de la PDT. En tanto, quienes conocemos el sistema sabemos que hemos avanzando, aunque queda mucho por hacer.

Por ello, en este proceso lleno de stress, es importante que las y los jóvenes entiendan que la vida está llena de oportunidades y amenazas, pero lo más importante es elegir un camino y metas que nos permitan desarrollarnos, sentirnos plenos como personas, incorporando siempre una buena cuota de perseverancia y corazón.

"En este panorama, las universidades estatales durante muchos años hemos recibido a cientos de jóvenes de sectores vulnerables".

Alberto Martínez,, rector Universidad Arturo Prat

Aunque algunos vociferen sin ningún sustento que el coronavirus no es grave, ayer ya se inició el traslado de pacientes a otras regiones. Es lamentable que algunos no entiendan que se trata de un problema real y complicado.

Redes sociales

A través de Twitter, Contralorito le recordó a las autoridades locales que las redes sociales son institucionales y no para destacar figuras personales. En momentos tan complicados como los de hoy en día, es importante no buscar protagonismos.

Organizarse

Si queremos reducir los contagios, aportemos organizando mejor nuestras salidas y ojalá hacer compras con todo lo necesario. Pero lo principal es no engañar al sistema usando los permisos para algo distinto. Al final es como engañarse a sí mismo.