OPINIÓN
El agua aún se puede salvar
Hoy en día, pensar en algo que no sea la pandemia que afecta al mundo es difícil. Sin embargo, para nuestra región un tema que todavía esta pendiente es la situación del agua y del acuífero del Tamarugal, que si bien, en este momento no es prioridad, lo será.
Desde la oficina regional de la Fundación Superación de la Pobreza, en conjunto con la Corporación Norte Grande y el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, quisimos abrir el diálogo al respecto. El Seminario "Agua y Territorio, mas allá del acuífero del Tamarugal" que contó con excelente expositores de diferentes áreas, tanto desde la academia como también desde el mundo indígena y su cosmovisión, sacó a relucir varias aristas que deben ser analizadas.
Debemos considerar y agradecer que nuestro territorio está dentro de los límites del mundo andino y que cuenta con una población indígena que desde tiempos inmemoriales han sabido administrar este recurso.
Otro aspecto, comentado dentro de nuestro seminario "Agua y Territorio" fue el analizar que nuestra Cuenca del Tamarugal se encuentra todavía con bastante agua, sin embargo, este recurso hídrico no está disponible para todos los seres vivos, debido a que por el consumo ha disminuido su cantidad, lo que hace que aquellas plantas, bofedales y humedales que sobrevivían con raíces de un metro, hoy no puedan acceder.
En la región hay una doble visión sobre cuánta agua queda en este acuífero, están los que dicen que no hay nada de agua y están los que dicen que hay para todos. O sea, el problema es el acceso, y quienes pueden pagar un pozo más profundo pueden tener toda el agua que necesitan.
El hecho ha generado que la población rural busque otras fuentes económicas de supervivencia. Lo que ha hecho que muchos productos agrícolas que antes se podían consumir ya no estén, una situación que un grupo de cocineras aymaras está tratando de revertir generando iniciativas a nivel de los países andinos para recuperar las recetas ancestrales y compartir las semillas de aquellos productos agrícolas que todavía existen en otros países para volver a cultivar en zonas donde no los tienen.
Saberes ancestrales que hoy están siendo registrados y promocionados por un proyecto financiado por FAO y el Ministerio de Agricultura, denominado SIPAN o Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, que tiene como objetivo generar acciones tanto a nivel institucional como con las comunidades, para que estos saberes ancestrales y tecnologías indígenas no se pierdan y sean parte de las políticas públicas.
En nuestra región hay agua para rato, pero el tema es cómo cuidarla y que dure lo suficiente para darle vida a nuestra región en las próximas generaciones.
"En nuestra región hay agua para rato, pero el tema es cómo cuidarla".
Lucía Silva Baltazar, directora regional de la Fundación Superación de la Pobreza Tarapacá