Crisis migratoria
Más de 700 personas ingresaron este fin de semana a las estadías transitorias, más conocidas como albergues para migrantes que ingresaron en forma irregular al país.
La problemática que se arrastra desde agosto tras una serie de medidas tomadas en Arica y Parinacota y que provocaron que la migración irregular se canalizara casi en exclusiva por Tarapacá en los últimos días ha crecido exponencialmente, lo que mantiene con alto nivel de estrés a los recintos que acogen a los migrantes mientras realizan su cuarentena preventiva.
Si bien nadie tiene los motivos suficientemente claros, lo que dan cuenta los mismos venezolanos residentes es que se trataría de una acción desesperada por ingresar a Chile en busca de oportunidades laborales y una mejor calidad de vida antes de que comience a regir la modificación al decreto 265 que permitirá a las Fuerzas Armadas cooperar en casos de trafico de migrantes, lo que es confundido con la militarización de la frontera.
Independiente de los motivos lo cierto es que es una realidad para la cual Tarapacá no está preparada, por lo que se requiere un fuerte apoyo del gobierno central, pero sobre todo de un trabajo de cancillerías.
Las condiciones en que cruzan los migrantes venezolanos son muy complejas y ya murió una mujer el año pasado durante esta travesía, que no hacen por gusto sino por la necesidad ante una crisis que vive su país.
El año pasado ingresaron al país 13.566 personas por pasos no habilitados, 10 mil de ellas eran venezolanas, lo que si bien no es un número significativo, comparado con la gran migración regular que se dio en 2019 donde 125 mil venezolanos llegaron al país, el hecho que lo hagan transgrediendo la ley de extranjería ya es un problema en si.
Junto a ello, las características del nuevo migrante venezolano son distintas, ya que a diferencia del que llegó en 2018 o antes, que en su mayoría eran profesionales, ahora son personas de mayor vulnerabilidad y que vienen, muchas veces engañados, en busca de un trabajo que quizás no encuentren.
Es importante abordar la problemática y que las autoridades den señales de mayor control, que eviten que se comiencen a sembrar semillas de problemas mayores como la xenofobia. Aún estamos a tiempo para buscar soluciones pacíficas.
"Es importante abordar la problemática y que las autoridades den señales de mayor control".