Esperanza de vida
Un estudio desarrollado por la Red de Salud Urbana de América Latina y El Caribe dio cuenta de la esperanza de vida que alcanzan los habitantes de 363 ciudades latinoamericanas, estableciendo diferencias no solo a nivel internacional, sino que también en el plano interno.
La investigación, que fue publicada en la prestigiosa revista Nature Medicine, estableció que 14 ciudades chilenas están entre las primeras 20 con mayor esperanza de vida, aunque la capital de Tarapacá se ubica solo un poco más abajo, específicamente en el lugar 23.
El análisis estableció que del total, las mujeres tienen una esperanza de vida de 74,4 años, mientras que los hombres de 63,5. En el caso particular de Iquique, el promedio alcanzó los 78,4 años, divididos en 81 para las mujeres y 75,8 para los hombres, es decir, casi cinco años de diferencia.
Algunas conclusiones del trabajo apuntan a que el entorno social que presenta cada ciudad, donde se incluye el nivel educacional, el acceso a los servicios básicos y el grado de hacinamiento, son factores que también determinan el grado de longevidad que alcanzan sus habitantes.
Un dato importante también permite reafirmar que las principales causas de muerte en el país están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, una realidad que se repite en Tarapacá, pese a que durante los últimos meses el registro de decesos ha sido determinado en gran medida por la pandemia del Covid, lo que sin duda escapa de lo habitual.
Sin duda que los avances científicos en el área médica, pero también en otros ámbitos de la vida, han permitido al país despegarse de la realidad de otras zonas del continente, lo que da cuenta de una buena gestión de la salud. No obstante, es importante que esto también se acompañe de políticas públicas que permitan una mejor calidad de vida para las personas que transitan por la denominada tercera edad.
En ese sentido, es importante ir fortaleciendo las redes de apoyo para las personas mayores, mejorar su acceso a la salud y propiciar acciones de salud preventiva todavía más eficaces y acordes a las necesidades actuales.
"El nivel educacional, el acceso a los servicios básicos y el grado de hacinamiento, son factores...".