OPINIÓN
Recuperar (nos)
Recuerdo que, a propósito del 27F, alguien escribió sobre los ciclos de reconstrucción que debía vivir el país, recurrentemente, por ocasión de los desastres naturales. La reflexión decía que, cada vez que Chile parecía haber encontrado el camino para crecer y hacerlo, caía un aluvión arrasándolo todo; se inundaban las calles de siempre, en las ciudades de siempre; hacía erupción un volcán; o se remecía la mitad del territorio fracturando edificios, carreteras y certezas. Entonces, lo que tocaba era generar un nuevo plan, pero uno que se encargara, no exclusivamente de levantar lo caído, sino de construir versiones mejoradas, en todos los aspectos en que esta expresión pudiera aplicarse.
La pandemia, fue una ola colosal que vimos llegar desde lejos y que nos dio el suficiente tiempo para huir a las montañas. Pero en lugar de evitar el tsunami, nos tomamos de las manos como país, e hicimos una ingenua muralla humana, esperándola con incredulidad. Algunos no solo la esperaron, sino que corrieron a ella, como "tirándose al hoyo", en los tumbos veraniegos de Cavancha. Pero el resultado de tales decisiones, no fueron el pelo revuelto y el aire cargado de carcajadas nerviosas de emoción; sino que numerosas muertes, confinamientos interminables, desempleo en ascenso y retroceso en muchos procesos sociales. Entre ellos, el avance en la equidad de género.
A fines del 2020, las mujeres cerramos la gravísima cifra de un 11% de desempleo. Lo que quiere decir, que volvimos atrás diez años. Y el panorama no parece lucir mejor en el futuro, porque la reincorporación al mundo laboral remunerado, depende de reconstrucciones profundas que entreguen oportunidades reales de empleo. Y no me refiero a lanzar un listado generoso de anuncios de trabajo femenino en los periódicos locales. Hablo de proveer escenarios que permitan que, efectivamente, podamos volver a salir a trabajar, por ejemplo, con inversión estatal en la economía de los cuidados y lo doméstico, y reconociendo que esta es un motor dinamizador de la recuperación.
Deseo poderosamente, que las iniciativas venideras, recuerden que el trabajo no remunerado, como mantener una casa limpia, el almuerzo caliente en la mesa y los niños y niñas sanos y educados, ha sido la red de apoyo invisible que ha permitido que otros (y no nosotras) salgan y obtengan satisfacción profesional e ingresos. Eso sí sería construir una versión mejorada de Chile, para una recuperación real y equitativa.
"La pandemia fue una ola colosal que vimos llegar desde lejos y que nos dio el tiempo suficiente para huir a las montañas"
Gissel Godoy Riquelme, Arquitecta-MBA