Salud mental en pandemia
La salud mental de los chilenos es otro de los problemas que se ha recrudecido ante los duros efectos provocados por la pandemia. Los cambios en la forma de relacionarnos, el teletrabajo, los prolongados confinamientos, el distanciamiento social y el alto nivel de incertidumbre terminaron por disparar las consultas médicas y psicológicas, además del consumo de fármacos relacionados con el estrés, la depresión y la ansiedad.
Un estudio de la empresa Ipsos y presentado esta semana, dio a conocer que Chile es el país de América Latina donde más empeoró la salud mental con la crisis sanitaria, ubicándose solo detrás de Turquía.
La investigación estableció que el 56% de los chilenos considera que su salud mental y emocional se ha deteriorado con la pandemia. Además, el porcentaje nacional se ubica 11 puntos porcentuales por encima del promedio arrojado por el sondeo, que resultó ser de un 45%, tomando en cuenta las respuestas de los ciudadanos de los 30 países consultados.
A nivel local, cifras entregadas por la salud primaria, indican que las consultas realizadas al teléfono de salud mental habilitado para atender requerimientos de la población aumentaron cerca de 80%. Mientras que al inicio de la pandemia se recibían cerca de 40, estos fueron aumentando al doble y llegando a cerca de 200 mensuales durante las últimas semanas, lo que reafirma la necesidad de implementar acciones destinadas a abordar esta problemática.
Ante este escenario, el Ministerio de Salud anunció en febrero que este año el presupuesto para Salud Mental tendrá un aumento de 18.300 millones de pesos, los que serán invertidos para fortalecer el recurso humano destinado, especialmente, a la atención de niños, niñas y adolescentes con vulnerabilidad psicosocial. Se trata de un importante monto que, de acuerdo a la actual contingencia, demanda de una rápida ejecución.
No obstante, también se necesitan recursos que permitan fortalecer la atención de los adultos y de las personas mayores, quienes han debido enfrentar importantes cargas emocionales y un alto estrés derivado de la crisis económica, las cuarentenas, la soledad y hasta la teleclases de sus hijos.
"La investigación estableció que el 56% de los chilenos considera que su salud mental y emocional se ha deteriorado con la pandemia".