Una realidad preocupante
Uno de los impactos más severos que ha tenido la actual pandemia de coronavirus es en la educación. Ya van tres semestres en que los niños, en su gran mayoría, no han tenido clases presenciales y en su reemplazo solo han accedido a contenidos básicos, asignaturas mínimas y escasa profundidad en el desarrollo de los aprendizajes, todo lo cual redunda en un desfase que incluso data de octubre de 2019, cuando el llamado estallido social, provocó que muchos establecimientos debieran suspender las actividades.
La Agencia de la Calidad de la Educación entregó durante esta semana los resultados del diagnóstico realizado a 116 colegios de la Región de Tarapacá, donde participaron 44.005 estudiantes.
Los resultados locales son alarmantes, ya que los alumnos tarapaqueños, entre sexto básico y cuarto medio, obtuvieron bajos resultados en base al currículum priorizado durante 2020. Ningún curso alcanzó el mínimo de 60% de aprendizajes necesarios, tanto en lenguaje como matemática.
La situación más grave ocurrió en la medición de matemática en segundo medio de los colegios regionales, donde los jóvenes aprendieron solo un 27% de los contenidos.
También es preocupante el primer ciclo básico, donde se adquieren los aprendizajes base, como la lectura, donde muchos niños en la actualidad están en tercero básico y tienen muchos problemas para leer y escribir.
Hoy por hoy, las autoridades, las comunidades educativas y los padres y apoderados están en una inmensa encrucijada respecto al retorno a las clases presenciales. El tema no es menor, sobre todo si se considera que por un lado existe el evidente temor a los contagios y, por otro, la urgente necesidad de recuperar el ritmo y avanzar en los aprendizajes.
Es importante, entonces, que exista unidad y trabajo en equipo, además de un apoyo multidisciplinario que planifique un retorno efectivamente seguro y que entregue garantías tanto a los niños como a docentes y funcionarios.
Lo peor es dejar la decisión radicada solo en un ámbito político, donde muchas veces terminan por primar otros intereses.
Cualquiera sea la opción, es clave seguir trabajando para nivelar el terreno entre los establecimientos con más y menos recursos.
"Los alumnos tarapaqueños, entre sexto básico y cuarto medio, obtuvieron bajos resultados".