OPINIÓN
Pueblos originarios y herencia cultural
La cultura en un sentido amplio es todo el producto de la creación humana. Se podría definir, por lo tanto, como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. La cultura engloba, por tanto, no sólo el arte, sino también el lenguaje, los modos de vida, las creaciones científicas y técnicas, las formas de diversión y recreación, los modos en que los seres humanos se relacionan con el ambiente natural, y las modalidades en que una sociedad o sus miembros expresan sus sentimientos, sus valores y su visión de mundo.
El patrimonio cultural, por su parte, está integrado por los bienes culturales tangibles (objetos, construcciones, lugares) e intangibles (lenguajes, creencias, costumbres) que nos ha legado la historia. Es la herencia que hemos recibido de nuestros antepasados, y que viene a ser el testimonio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser.
La importancia del patrimonio cultural deriva fundamentalmente de su contribución a la formación y mantención de la diversidad e identidad de un pueblo. Si lo que buscamos es desarrollo, y no solamente crecimiento, debemos abordarlo en forma integral, es decir, desde los ámbitos social, económico, político y cultural.
Es así, que se en esta nueva conmemoración del Día de los Pueblos Originarios creemos que es fundamental establecer alianzas con las comunidades indígenas, instituciones estatales, organizaciones no gubernamentales e investigadores, para trabajar en preservar la valiosa herencia que nos han traspasado por cientos de generaciones nuestros antepasados, ya que una adecuada relación entre patrimonio cultural, identidad y proyecto de país, es fundamental para un desarrollo armónico y duradero.
Preservar los magníficos geoglifos de nuestra región, como el Gigante de Tarapacá o geoglifos de Pintados, es una tarea que debemos emprender juntos para el resguardo de las tradiciones culturales e históricas de los pueblos originarios que habitaron y habitan este territorio, ya que este tipo de arte rupestre expresa la diversidad de nuestra tierra y de su gente.
"Preservar los magníficos geoglifos de nuestra región, como el Gigante de Tarapacá o (...) Pintados, es una tarea que debemos emprender juntos".
Juan Ignacio Boudon, director regional de CONAF y de Fundación Geoglifos de Tarapacá