Lo accesorio
¿Qué es lo accesorio? Uf, tanto. Su contraparte es lo primordial, lo esencial, el centro, lo que destaca o se destaca, lo preeminente. No obstante, hoy, en el último tiempo, prima lo fútil, lo nimio, lo intrascendente, lo efímero, lo anecdótico, lo accidental, lo periférico, sino se impone el empate.
Es de sentido común, una información ha de ser sucinta, concisa, precisa, breve, verdadera, sin embargo, muchas veces se resalta lo de menor trascendencia, lo cuantitativo, lo eventual, si es de tal o cual nacionalidad, aquello superfluo, lo que no tiene incidencia en lo nuclear. Ya nos hemos habituado a lo colorido, a lo anecdótico, a lo circunstancial, sino a lo farandulesco y, en medio de tal enmarañamiento, dejamos de advertir lo fundamental, lo principal.
Y eso nos ocurre con todo tipo de información, sea el medio que sea, el qué, el objeto de comunicación, que como tal debe ser preciso, se amplía, se extiende, se extiende y se extiende hasta la reiteración de lo evidente, no solo con la palabra sino con la imagen que se repite, repite y repite; como apreciarán más me refiero a los medios de comunicación visual y no suficiente con ello, el conductor, no satisfecho con su introito o proemio a la información, concluye con su propio y personalísimo corolario.
¿Qué efecto produce en el receptor de tal comunicación, o de tal tipo de información? Independientemente del qué, lo informado, el cómo se informa, produce un efecto de saturación, casi hastío. Es mucho tiempo un noticiero central de ciento veinte minutos, con tandas interminables, repetitivas, subliminales de publicidad. Es mucho, digo yo.
Giro, a propósito de entornos deportivos, hace ya un tiempo, escribí lo siguiente:
"¿Por qué alimentar el odio? ¿Por qué? ¿Qué dijo uno? ¿Qué dijo otro? ¿Por qué dijo lo que dijo? ¿Qué dice usted a lo que dijo? ¿Si dijo lo que dijo, qué responde usted a lo que dijo? Un resultado deportivo es un resultado. Que se sentó en un vaso de café. Que no fue lo que dijo sino cómo lo dijo. Que si no hubiera sido por el travesaño. Que proviene de tal población. Que le dieron su nombre a una calle. Que el gesto que hizo. Y a quién se lo hizo. Que si el árbitro lleva otra camiseta debajo, que si ya ha arbitrado o no antes este tipo de partidos. Todo eso es chimuchina. ¿Saben? Lo que interesa, lo que debe ser de interés, es si un equipo ganó, empató o perdió. Es que no hay otras posibilidades. Si lo transmitió un "trovador", si lo comentó un "tenor", ¡pamplinas!".
Es posible que exagere un poco, es posible que no sea el caso de todos, es posible que ya haya cambios; quiero equivocarme.
¿Qué animo? Sin pretensión de ser propietario de la verdad, que se practique o ensaye precisión, investigación, asiento, moderación, circunspección, control, concisión, dominio, equilibrio.
Yo creo que es posible, será bienvenida esa demostración.
"Una información ha de ser sucinta, concisa (...) muchas veces se resalta lo de menor trascendencia".
Raúl Caamaño Matamala, profesor Universidad Católica, de Temuco