Un año de importantes cambios

El 2021 será recordado como un año muy complejo, pero también uno donde se registraron cambios que permiten ver un futuro más esperanzador y con una pandemia que comienza a controlarse.

Sin duda el hito más importante ha sido la vacunación contra el coronavirus, que ha permitido en este segundo semestre poder reducir al mínimo las hospitalizaciones por coronavirus y además ir volviendo poco a poco a la normalidad en muchas de las actividades diarias.

Pese a que aún existen personas que han decidido no vacunarse o que no se han puesto la dosis de refuerzo, una cantidad importante de la población lo ha hecho y con ello han permitido alcanzar cierto nivel de inmunidad que ha reducido los contagios.

Es clave que se puedan mantener las medidas que permitan reducir los casos, que en los últimos días explotaron en la región con brotes que generan gran preocupación en los equipos de salud.

Pero también este año fue marcado por los actos electorales, con varios procesos eleccionarios que significaron que por estos días se esté elaborando una nueva constitución, además de contar con autoridades regionales electas democráticamente y un nuevo Presidente electo, que gobernará los destinos del país en los próximos cuatro años.

Todo esto hace que el 2021 finalice con una serie de cambios que quizás eran impensados hace un par de años, pero también con enormes desafíos para el futuro, para que estos lleven a que Chile sea un país mejor, más justo y con mayor desarrollo.

El 2021 es un año de cambios, histórico, que independiente de la polarización que afectó al país y donde gran parte de los chilenos estuvieron divididos en diversas materias, puede resultar el inicio para una serie de transformaciones que requerirán del trabajo de todos, sin excepción y con el diálogo como protagonista.

Este año que a Tarapacá en particular también le ha sido bastante complejo, con una crisis migratoria que la ha llevado a estar en el centro de la noticia durante meses, puede ser un punto de quiebre respecto a un futuro que permita una mejor región, con más inversión, desarrollo y trabajo y calidad de vida para sus habitantes.

"Puede ser el inicio para una serie de transformaciones que requerirán del trabajo de todos, sin excepción y con el diálogo como protagonista".

No podía concluir este triste año sin una pérdida simbólica como ha sido el colapso del campanario de la comunidad aymara de Enquelga, una de las más tradicionales y conocidas de Isluga. Esta destrucción se explica por muchos factores, entre ellos el tiempo y el espacio, dos variables que en el mundo andino se nombran con la misma palabra: Pacha. Muchos conocen el significado de Pachamama o madre tierra, allí "pacha" está referida al espacio. Sin embargo, Pachakuti se refiere al tiempo, a una gran transformación, un cambio de ciclo y del orden establecido.

Se dice que las lluvias torrenciales provocaron la destrucción del campanario de Enquelga, pero sabemos que esas lluvias no son inesperadas en el altiplano, al contrario, su ausencia es la anomalía. Han sido millones de gotas de agua en cientos de años las que socavaron este símbolo patrimonial. Sabemos que la causa principal de esta pérdida invaluable es la imprevisión de parte de las autoridades competentes, la ausencia de una política pública que resguarde el patrimonio regional, entre otros factores. Sin embargo, quiero referirme a la dimensión simbólica de este acontecimiento, porque con la caída de ese antiguo campanario algo partió para siempre.

Imagino que, al caer el campanario, repicaron sus campanas; y ante la pregunta: ¿para quienes repicaron justo en este momento aciago para la humanidad?, la respuesta nos recuerda al poeta y político inglés John Donne quien, en 1624, escribió: "La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y, por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti". Las campanas de Enquelga repicaron por todos nosotros, diciendo que con ella concluyó un ciclo de vida. La palabra ciclo también expresa el tiempo y el espacio, a través del cambio por el que pasa un fenómeno, que puede ser una persona o una sociedad, el que concluye y vuelve a surgir con otras características. El campanario de Enquelga anunció la llegada de una nueva sociedad, como el Pachakuti, donde lo viejo da paso a lo nuevo y la angustia a la esperanza. También marcó la partida de muchos de los nuestros este año 2021, cuyos nombres no olvidaremos porque sus ideas volverán a florecer en los ojos de las nuevas generaciones. Hoy viernes a las doce de la noche caerá simbólicamente el campanario de cada uno y repicarán las campanas por el futuro.

Sergio González M., Premio Nacional de Historia 2014

"El campanario de Enquelga anunció la llegada de una nueva sociedad".

Puch

Deportes Iquique cierra el año con la vuelta de uno de sus jugadores íconos, quien llega a la tienda celeste con la intención de devolver al club de sus amores al fútbol de honor, que es el sueño de todos los iquiqueños.

Tradiciones

Muchas tradiciones de Año Nuevo se han ido perdiendo, como los fuegos artificiales en la playa o la quema de los "monos" en los barrios, que cada vez son menos. De todos modos se mantienen otras como las de las comidas o ropa para este día. Lo principal es disfrutar en familia.

La pileta

Es de esperar que durante el nuevo año se puedan concretar varias obras que están pendientes en la ciudad, no obstante, sería bueno que dentro de los deseos estuviera ver la "pileta sudamericana" por fin funcionando en Playa Brava.