Delito de máxima gravedad
La semana en la región estuvo marcada por uno de los crímenes más graves de los últimos años. Un comerciante de 67 años fue encontrado sin vida luego que su familia denunció un secuestro, situación que puso en alerta no solo a las autoridades policiales locales, sino que también generó reacciones a nivel del gobierno central.
No cabe duda que este hecho reviste la mayor preocupación, ya que se trata de un ilícito de la máxima gravedad y ajeno a la historia policial local, donde si bien han existido hechos violentos que atentan contra los bienes, la integridad física y la vida de las personas, el modus operandi visto en ese caso no es frecuente en ninguna parte del territorio nacional.
En ese contexto, junto con identificar y capturar a los autores de tan siniestro crimen, determinar las responsabilidades y aplicar las penas que establece el código penal, es importante que las autoridades se detengan a analizar profundamente el tema y busquen herramientas que impidan que estas situaciones se repitan y, lo que es peor, se hagan cotidianas.
Tal como lo explicó hace uno días el fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, es necesario que la autoridad política adopte acciones para fortalecer la seguridad ciudadana, pero que consideren las particularidades de la región, donde la extensa zona fronteriza y las dificultades para su control permiten a las organizaciones criminales concretar una serie de ilícitos como la trata de personas, el ingreso de armas de fuego y el narcotráfico, entre otros.
Si bien la criminalidad es difícil de combatir, situaciones como la descrita deben ser frenadas de raíz, toda vez que su alto impacto genera preocupación en la comunidad y podría, si no se toman medidas al respecto, impactar en otras áreas del quehacer regional, además de generar un profundo daño en la calidad de vida de los ciudadanos.
Con todo, es clave apoyar y fortalecer la acción de las policías, de modo que las instituciones encargadas de resguardar la seguridad pública cuenten con todas las herramientas humanas y técnicas para hacer frente a las bandas delictuales que tanto daño causan en las zonas donde operan.
Es necesario que las medidas no solo queden en discursos y buenas intenciones, sino que se materialicen, para la tranquilidad de los vecinos.
"Si bien la criminalidad es difícil de combatir, situaciones como la descrita deben ser frenadas de raíz".