"Estábamos viendo la luz cuando la pandemia nos dio otro mazazo"
Aseguró que ya son tres veranos complemente perdidos y que la crisis sanitaria y económica vuelve a poner al gremio en momentos difíciles y de mucha incertidumbre.
Nunca en sus 20 años de trabajo, el reconocido empresario gastronómico iquiqueño, Rafael Iturra, había vivido momentos económicos tan difíciles como los que se encuentra atravesando producto de la compleja crisis sanitaria y económica que afecta a la región.
Han sido tres veranos calificados como "perdidos" por el dueño de los restoranes "Cantaba la rana" y "Cantina la rana". Un golpe duro no solo para él, sino que para todo el gremio, que ve cómo todos los días son de supervivencia, lidiando con tres grandes problemas que asegura Iturra, tiene la ciudad: delincuencia, migración irregular y abandono de los espacios públicos.
¿Cómo se tomó el aumento de casos de covid-19 y la noticia del retroceso de la comuna a fase 2?
- Yo pensaba que iba a ser antes, tenía una visión bastante más trágica, pensaba que el verano no lo íbamos a pasar abierto y que íbamos a estar en cuarentena, por lo tanto a la situación que nos hemos enfrentado para la visión que yo tenía personalmente, las cosas han estado mejor, por lo menos estamos abiertos.
¿En qué momento económico de su restorán lo sorprendió la cuarta ola de la pandemia?, ¿Ya se estaba reactivando, contratando personal?
- Estábamos empezando a contratar más gente, a comprar nueva maquinaria, hay que hacer mantención, las cosas cuando están paradas se echan a perder y hay un endeudamiento fuerte entre todos, estamos endeudados con los bancos, con los proveedores, con Impuestos Internos, la Tesorería y estábamos viendo la luz cuando la pandemia nos dio otro mazazo, pero como empresario sabemos que la vida es de dulce y agraz, hoy día nos está tocando bailar con la fea, pero tenemos la alegría de saber que no se nos ha ido ninguno de nuestros colaboradores.
¿Qué tan afectados podría verse el gremio gastronómico sabiendo que los casos podrían seguir en alza?
- Obviamente se traduce en que uno se va a endeudar de nuevo, ya los bancos no están apoyando a los restoranes y en el fondo van a tener que subsistir con los proveedores apoyando. Probablemente dentro del sector gastronómico completo, va a haber gente que va a tener que cerrar sus puertas, como ha pasado ya, hay grandes restoranes que han debido cerrar o achicarse o se han cerrado sucursales, lamentablemente esa es una realidad. Uno no puede contra un flujo que no hay, los arriendos y los sueldos siguen, el pescado subió, la verdura subió, ha habido inflación.
¿Actualmente están llegando turistas a Iquique?, ¿Cómo está el flujo en comparación a otros años?
- Si bien este año vinieron más que el año pasado, porque el año pasado estábamos cerrados, son más turistas nacionales porque están cerradas las fronteras. Antes de la pandemia y antes que tuvieran problemas económicos se notaban mucho los argentinos, en diciembre se notaban los bolivianos, hoy no existen prácticamente turistas extranjeros que estén viniendo, no hay nada de nada y el turista nacional es muy poco, estamos defendiéndonos con los locales prácticamente .
¿Cree que el verano ya se perdió?
- Sí, yo creo que el verano se perdió, como se perdió el del año pasado y como se perdió el del anteaño pasado, las autoridades se tienen que dar cuenta que el verano aporta entre el 40% y el 50% de la venta de muchos lugares, porque sube mucho la venta del año y lo hemos perdido por tercer año consecutivo, porque hemos estado cerrados. Han sido tres temporadas anormales, pero no hay nada que hacer, solo seguir luchando, no queda otra. Nos gustó ser empresarios y ahora nos tocó la tormenta, como dice el dicho "Nadie se hace capitán de barco en un lago".
¿Habían vivido anteriormente momentos tan difíciles como los de ahora?
- Nunca, de hecho yo tengo 51 años y nunca me había tocado bailar tan fea la conga como estos tres últimos años, ni de cerca, además no tenemos claridad cuándo termina la pandemia, eso es lo más triste y terrible. No hay ninguna certeza, entonces es muy complicada la situación.
¿Sigue siendo Iquique una ciudad turística?
- Iquique sigue siendo una ciudad turística, pero tenemos tres grande problemas. El primer gran problema es de seguridad pública y delincuencia, la cual está con una violencia desatada. Esta no es una delincuencia a la que estábamos acostumbrados. Segundo, tenemos un problema al que nadie le pone cascabel al gato y es la migración irregular, la cual produce focos de delincuencia también porque esa persona si tiene hambre va a salir a robar, es entendible, pero es algo que se salió de control. Tercero, tenemos problemas con las ratas que hay en el parque Balmaceda donde hay una plaga, eso es un foco infeccioso asqueroso. Son problemas de la Municipalidad, del Gobierno y de los iquiqueños.
"Probablemente dentro del sector gastronómico va a haber gente que va a cerrar sus puertas
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