Para muchos pasó inadvertido el Día de la Actividad Física que se celebra el 6 de abril, esto pese a las recomendaciones de la utilidad de hacer ejercicio más todavía tras dos años de pandemia.

El cambio de hábitos de la población, sobre todo infanto-juvenil, la vida sedentaria, las clases online, el teletrabajo, todo ello fue acentuando un problema que venía de hace tiempo como es la falta de actividades físicas diarias.

Los especialistas médicos se han cansado de advertir que para evitar o aminorar los efectos de enfermedades crónicas, cardiovasculares, dolencias musculares, se requiere de una rutina de ejercicios.

Y no es necesario ser un atleta o deportista de gran rendimiento para quemar energías y oxigenarse.

Recomiendan por ejemplo, una caminata diaria de 20 o 30 minutos al paso que se pueda; hacer alguna elongación matutina, usar las máquinas de ejercicio de las plazas, parques y sectores costeros.

En el caso de los menores los índices de obesidad son preocupantes. Antes de la pandemia se había avanzado con medidas como ejercicios en las mismas salas de clases, kioscos saludables, pero estos dos años se ha retrocedido.

Además, desde hace tiempo el uso del celular ha capturado la atención de los jóvenes y quita tiempo para actividades deportivas y recreativas.

Ante ello, algunos municipios del país están incrementando las horas de actividad física y deportiva en la jornada escolar.

Muchas de estas acciones se realizarán en los establecimientos, como recreos entretenidos, pero la mayoría se harán en parques, plazas, gimnasios y centros deportivos municipales, para el desarrollo físico de los niños y niñas.

En el caso de los adultos mayores, por suerte se ha avanzado a través de programas municipales y de gobierno como el Elige vivir Sano, para que ellos participen en diversos talleres, que los mantengan con la mente positiva y haciendo algún tipo de actividad física.

La antigua frase "mente sana en cuerpo sano" no debe pasar de moda y todos en conjunto deben contribuir a incentivar, dar los recursos, para que la población de toda edad adquiera la cultura de hacer ejercicios, sobre todo en regiones como Tarapacá, donde el clima ayuda mucho.

"Antes de la pandemia se había avanzado con medidas (...), pero estos dos años se ha retrocedido".

Posiblemente este nombre haya sido leído muchas veces en este mismo periódico desde que Rusia se anexó la península de Crimea el año 2014. Sebastopol es la principal ciudad de esa península y ha sido considerada emblemática por dos momentos bélicos llamados "sitio de Sebastopol". El primero entre 1854 y 1855, donde se enfrentaron fuerzas inglesas, francesas y otomanas en contra de las rusas. Fue inmortalizado por León Tolstoi en su novela homónima. El segundo sitio fue durante la segunda guerra mundial, en 1942, cuando se enfrentaron allí los ejércitos alemanes con los soviéticos por el control del mar Negro.

Los orígenes de Sebastopol se hunden en la cultura griega de la que deriva su nombre. En estos días ciudades como Sebastopol por la cruenta guerra entre Ucrania y Rusia vuelven a la memoria universal. Por lo anterior, es que quiero traer a nuestra memoria local el nombre de Sebastopol, porque una oficina salitrera lo lució con orgullo.

La Historia del Salitre asocia el nombre de Sebastopol con el del químico chileno Pedro Gamboni Vera. Nos dice Roberto Hernández que el ingeniero Francisco Puelma, en un estudio publicado en los Anales de la Universidad de Chile en 1855, señalaba: "Últimamente un señor Gamboni ha tenido la idea de aplicar el vapor al beneficio del salitre, y según he oído a personas que han presenciado sus experimentos, ese sistema tiene la ventaja de aprovechar aún el caliche de baja ley…" (1930:46). Pedro Gamboni logró separar el yodo de las aguas madres del salitre, obteniendo patentes con derechos exclusivos por parte del gobierno peruano.

La guerra de Crimea pudo ser el motivo para bautizar a esa salitrera que fue una de las primeras donde se plantificó una máquina de vapor. Sebastopol quedaba próxima a Iquique, en la ladera de un cerro al sureste de la estación Central, en un punto conocido como "Cocinita".

Hemos conocido un juicio tan interesante como triste de una mujer llamada Marina Verdugo Arco viuda de Stewart, quien acusó con fecha 30 de junio de 1871 al señor Andrés Keating, vecino de La Noria, de haberse apropiado de unos terrenos de su propiedad en Sebastopol o Cocinita. Después de un espinoso litigio, Keating demostró que esos terrenos les habían sido vendidos por Gregorio Verdugo, hermano de Martina. Martina descansa, desde el 25 de septiembre de 1900 en el cementerio Nº1 de Iquique. Muy cerca está la bella tumba de madera de Pedro Gamboni, fallecido el 27 de diciembre de 1895.

"La Historia del Salitre asocia el nombre de Sebastopol con el del químico chileno Pedro Gamboni Vera".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Las autoridades lanzaron un plan y anunciaron más controles de tránsito durante el fin de semana. Pese a ello, lo más importante es que los propios conductores respeten la ley y no consuman alcohol antes de manejar.

Mascarillas

Pese a que desde ayer se podía no utilizar las mascarillas en los espacios al aire libre, la gran mayoría de los tarapaqueños optó por mantener este artículo y así evitar contagios. Sin duda, el barbijo continuará utilizándose por un buen tiempo más en la región.

Buses

Ayer, en una fiscalización realizada por la Seremi de Transportes, se detectó a un bus interurbano que prestaba servicios entre Iquique y Santiago con la revisión técnica rechazada por frenos. Es impresentable que empresas expongan a pasajeros y a sus trabajadores.